Un experto en temas iraníes.
Las relaciones de la República Islámica de Irán con la República Bolivariana de Venezuela fueron uno de los objetivos prioritarios del presidente Hugo Chávez durante la primera década del s. XXI. Ambos países diseñaron entonces una alianza estratégica dirigida a fomentar un mundo multipolar y oponerse al “yugo imperialista” de EEUU, país que adoptó una política especialmente agresiva durante el mandato del presidente George W. Bush.
Desde finales del pasado siglo, Irán ha estado realizando esfuerzos con el fin de incrementar sus relaciones con América Latina, tanto de forma bilateral como dentro del marco del Movimiento de los No Alineados y otras organizaciones internacionales.
El presidente Chávez visitó varias veces Irán, la primera de ellas en 2001. En aquella visita manifestó que había acudido a Teherán a “preparar el camino para la paz, la justicia, la estabilidad y el progreso para el siglo XXI.”
El presidente Mohammed Jatamí también visitó Venezuela en tres ocasiones, recibiendo en una de ellas, en 2005, la Medalla del Libertador. Chávez prometió estar “al lado de Irán en cualquier momento y tiempo y bajo cualquier circunstancia”. “Estamos con vosotros y con Irán para siempre. Mientras estemos unidos podremos derrotar al imperialismo de EEUU, pero si estamos divididos nos quitarán de en medio”, manifestó entonces Chávez. Su sucesor, Mahmud Ahmadineyad, visitó Venezuela en varias ocasiones y desarrolló una íntima amistad con el mandatario venezolano.
Cooperación económica y científica
Las relaciones se desarrollaron rápidamente también en la esfera económica, industrial y de la producción energética. En este último campo, Venezuela dejó claro su apoyo a la política nuclear de Irán y rechazó las sanciones y medidas estadounidenses contra este último país. Las visitas de delegaciones a cada uno de los dos países se han mantenido constantes en estos años y abarcan a instituciones educativas y científicas como la Universidad de Simón Bolívar o la Fundación Venezolana para la Investigación Sismológica.
Irán contribuyó a establecer una fábrica de producción de vehículos, una factoría de cemento y una línea aérea entre Caracas, Damasco, y Teherán que iba a estar gestionada por Iran Air y la compañía Conviasa. El comercio entre Venezuela e Irán ha crecido de forma estable y los dos países han creado empresas conjuntas en varios sectores, incluyendo la agricultura, la vivienda y las infraestructuras. El valor de los proyectos llevados a cabo en Venezuela por empresas iraníes alcanzó los 4.000 millones de dólares en 2008. El comercio bilateral que fue de sólo 189.000 dólares en 2001 pasó a 57 millones en 2008.
En 2010 ambos países accedieron a invertir 760 millones de dólares en el sector energético del otro. En 2011, 14.000 viviendas fueron construidas en Venezuela con el apoyo y asistencia de Irán. En 2012, varios acuerdos más fueron firmados entre las dos naciones, en su mayor parte en los campos de la tecnología, la agricultura y el procesamiento de alimentos. De este modo, cabe afirmar que la relación entre Irán y Venezuela es claramente multifacética.
En el terreno militar, Teherán ha ayudado a Venezuela a construir drones no tripulados. Refiriéndose a la información de un medio español, aparecida en Junio de 2012, que señalaba que fiscales estadounidenses estaban investigando la producción de drones en Venezuela, el presidente Hugo Chávez dijo: “Por supuesto que estamos haciéndolo y tenemos el derecho de hacerlo. Somos un país libre e independiente”. En un discurso televisado ante oficiales del Ejército en el Ministerio de Defensa de Venezuela, Chávez dijo que el aparato sólo tenía una cámara y era exclusivamente para propósitos defensivos. Él afirmó que Venezuela planeaba pronto comenzar a exportar el drone.
Reacción estadounidense
El 28 de diciembre de 2012, el presidente estadounidense, Barack Obama, firmó la así llamada “Acta para Contrarrestar a Irán en el Hemisferio Occidental”, que busca socavar las crecientes relaciones de Irán con América Latina, una región que ha sido vista tradicionalmente por EEUU como su patio trasero y una esfera de influencia, y especialmente con Venezuela.
El Acta, aprobada por los congresistas a principios de ese año, obligaba al Departamento de Estado de EEUU a desarrollar una estrategia en el plazo de 180 días para “abordar la creciente presencia y actividad hostil” de Irán en América Latina. El Acta señalaba que “los lazos comerciales y diplomáticos de Irán son una amenaza a la seguridad nacional de EEUU”. Ella es vista, sin embargo, como otra acción anti-iraní promovida por el lobby sionista en EEUU.
Poco antes, en julio de 2011, Robert F. Noriega –antiguo secretario de Estado adjunto para Temas del Hemisferio Occidental, ex embajador estadounidense ante la Organización de Estados Americanos (OEA) y actual profesor visitante en el Instituto de Empresa Americano, una de las entidades controladas por los neocon en EEUU- dijo en una sesión ante el Subcomité sobre Contraterrorismo e Inteligencia que Irán estaba llevando a cabo “ofensiva estratégica” en América Latina.
La presencia de Irán en América Latina y sus relaciones con Venezuela han sido duramente atacadas igualmente por la extremista pro-israelí Ileana Ros-Lehtinen, presidenta del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes. Ros-Lehtinen, que se considera una especie de baluarte contra la supuesta “amenaza islamo-bolivariana”, fue la co-protagonista de un así llamado “documental” titulado “La amenaza iraní (“The Iranian Threat”), en el que dijo, sin ruborizarse, que EEUU debería atacar Irán con el fin de “evitar explosiones con bomba en varias capitales latinoamericanas”. El filme fue emitido por Univision, una emisora estadounidense que es propiedad de una persona que ha ofrecido galas en honor del ocupante ejército israelí. Dicho canal ha mantenido también una actitud muy hostil contra el gobierno bolivariano de Venezuela.
En 2009, otro ridículo “documental” publicado por Univision implicó a la cónsul venezolana en Miami, Livia Acosta, en una absurda conspiración cibernética contra EEUU, supuestamente promovida por “diplomáticos iraníes y hackers mexicanos”. Éste fue el pretexto utilizado para expulsarla de EEUU en una acción que fue vista ampliamente como una venganza política estadounidense por la política independiente de Venezuela.
Las relaciones tras la muerte de Chávez
Tras la muerte de Hugo Chávez en marzo de 2013, algunos analistas apuntaron a la posibilidad de que los vínculos entre los dos países se vieran afectados por este hecho. Sin embargo, los dirigentes iraníes afirmaron que Irán seguiría apoyando a Venezuela con independencia de quien fuera su presidente. “Nadie debe creer que se creará un vacío (en las relaciones) debido a la muerte de Chávez", dijo el entonces presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad.
Más recientemente, otros responsables políticos de Irán y Venezuela han mostrado su intención de reforzar los vínculos bilaterales. En este sentido, el primer vicepresidente iraní, Eshaq Jahangiri, dijo en una declaración efectuada en diciembre de 2013 que la promoción de los vínculos con los países independientes continuaba siendo una política prioritaria e inmutable de Irán. En un encuentro con el embajador de Venezuela en Irán, Amenhotep Zambrano, Yahangiri él señaló que los vínculos reforzados entre Irán y Venezuela tendrían un efecto sobre las relaciones internacionales.
Él añadió que el nuevo gobierno iraní, encabezado por el presidente Hassan Rohani, está determinado a cimentar sus vínculos con Venezuela y pidió la formación de una comisión conjunta entre ambos países que tenga como fines el fortalecer la cooperación mutua y la eliminación de cualquier obstáculo que se interponga en la promoción de los lazos bilaterales.
Zambrano alabó, por su parte, el papel de Irán en la consecución de la independencia industrial venezolana, señalando que las relaciones entre Teherán y Caracas afectaban de forma positiva a toda América Latina.
Estas declaraciones ponen de manifiesto que la alianza estratégica y las relaciones políticas, económicas y culturales entre los dos países continuarán desarrollándose al mismo nivel que cuando Hugo Chávez y Mahmud Ahmadineyad ocupaban la presidencia de ambos países.
Venezuela reconoce el enorme papel internacional que juega Irán y sabe que éste se incrementará, a buen seguro, después del fin de las sanciones económicas contra ese país y la resolución del contencioso nuclear iraní. En este sentido, no cabe duda de que las relaciones con la República Islámica continuarán siendo una prioridad estratégica para Venezuela.
Publicado el 01/01/2014 en AL-MANAR.
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