MITO:
«Los judíos crearon el problema de los refugiados por expulsar a los palestinos».
«Los judíos crearon el problema de los refugiados por expulsar a los palestinos».
REALIDAD:
De haber aceptado los árabes la resolución de las NACIONES UNIDAS de 1947, ni un solo palestino se habría convertido en refugiado. Un estado independiente árabe existiría ahora al lado de Israel. La responsabilidad por el problema de los refugiados recae en los árabes.
El comienzo del éxodo árabe puede remontarse a las semanas que siguieron inmediatamente al anuncio de la resolución de las NU sobre la partición. Los primeros en irse fueron aproximadamente 30.000 árabes ricos que previeron la inminencia de una guerra y huyeron hacia los países árabes vecinos para esperar su fin. Los árabes de menos recursos de las ciudades mixtas de Palestina se mudaron a pueblos totalmente árabes para quedarse con parientes y amigos. Para fines de enero de 1948, el éxodo era tan alarmante que el Alto Comité de la Palestina Árabe les pidió a los vecinos países árabes que rehusaran otorgar visas a estos refugiados y que les cerraran las fronteras.
El 30 de enero de 1948, el periódico de Jaffa Ash Sha’ab reportaba: «Los primeros de nuestra quinta columna son los que abandonan sus casas y negocios y se van a vivir a otra parte. A las primeras señales de problemas ponen pies en polvorosa para evitar compartir el peso de la lucha».
Otro periódico de Jaffa, As Sarih (30 de marzo de 1948), criticaba a los campesinos árabes cercanos a Tel Aviv por «avergonzarnos a todos nosotros al “abandonar las aldeas”».
Entre tanto, un líder del Comité Nacional Árabe en Haifa, Hajj Nimer el-Jatib, dijo que los soldados árabes en Jafa maltrataban a los residentes. «Robaban a los individuos y las casas. La vida era de poco valor, y el honor de las mujeres era ultrajado. Este estado de cosas llevó a muchos residentes (árabes) a salir de la ciudad bajo la protección de los tanques británicos».
John Bagot Glubb, comandante de la Legión Árabe Jordana, dijo: «las aldeas eran frecuentemente abandonadas aun antes de que fueran amenazadas por el avance de la guerra».
La prensa de la época informa de importantes batallas en las cuales gran número de árabes huyó abiertamente sin mencionar ninguna expulsión forzosa de parte de las fuerzas judías. A los árabes los describen «huyendo» o «evacuando» sus hogares. Si bien los sionistas son acusados de «expulsar y desposeer» a los habitantes árabes de pueblos como Tiberias y Haifa, la verdad es muy diferente. Ambas ciudades estaban dentro de las fronteras del Estado Judío según el plan de partición de NU y por ambas lucharon judíos y árabes por igual.
Las fuerzas judías tomaron Tiberias el 19 de abril de 1948, y toda la población árabe de 6.000 personas fue evacuada bajo supervisión militar británica. El Consejo de la Comunidad Judía publicó posteriormente una declaración: «Nosotros no los despojamos, ellos mismos eligieron este proceder… Que ningún ciudadano toque sus propiedades».
Otro periódico de Jaffa, As Sarih (30 de marzo de 1948), criticaba a los campesinos árabes cercanos a Tel Aviv por «avergonzarnos a todos nosotros al “abandonar las aldeas”».
Entre tanto, un líder del Comité Nacional Árabe en Haifa, Hajj Nimer el-Jatib, dijo que los soldados árabes en Jafa maltrataban a los residentes. «Robaban a los individuos y las casas. La vida era de poco valor, y el honor de las mujeres era ultrajado. Este estado de cosas llevó a muchos residentes (árabes) a salir de la ciudad bajo la protección de los tanques británicos».
John Bagot Glubb, comandante de la Legión Árabe Jordana, dijo: «las aldeas eran frecuentemente abandonadas aun antes de que fueran amenazadas por el avance de la guerra».
La prensa de la época informa de importantes batallas en las cuales gran número de árabes huyó abiertamente sin mencionar ninguna expulsión forzosa de parte de las fuerzas judías. A los árabes los describen «huyendo» o «evacuando» sus hogares. Si bien los sionistas son acusados de «expulsar y desposeer» a los habitantes árabes de pueblos como Tiberias y Haifa, la verdad es muy diferente. Ambas ciudades estaban dentro de las fronteras del Estado Judío según el plan de partición de NU y por ambas lucharon judíos y árabes por igual.
Las fuerzas judías tomaron Tiberias el 19 de abril de 1948, y toda la población árabe de 6.000 personas fue evacuada bajo supervisión militar británica. El Consejo de la Comunidad Judía publicó posteriormente una declaración: «Nosotros no los despojamos, ellos mismos eligieron este proceder… Que ningún ciudadano toque sus propiedades».
A principios de abril, unos 25.000 árabes había salido del área de Haifa luego de una ofensiva por las fuerzas irregulares dirigidas por FawzialQawukji, y los rumores de que las fuerzas aéreas árabes no tardarían en bombardear las áreas judías en torno al Monte Carmelo. El 23 de abril, el Haganah tomó Haifa. Un informe de la policía británica de Haifa, fechado el 26 de abril, explicaba que «los judíos hicieron todo esfuerzo posible para persuadir a la población árabe de que se quedara y siguiera llevando su vida normal, de que abriera sus tiendas y negocios y de que sus vidas e intereses estarían a salvo». En efecto, David Ben-Gurión envió a Golda Meir a Haifa para tratar de persuadir a los árabes de que se quedaran, pero ella fue incapaz de convencerlos por su miedo a ser considerados traidores a la causa árabe. Al concluir la batalla, más de 50.000 palestinos se habían ido.
David Ben-Gurión y Golda Meir.
En Tiberias y en Haifa, el Haganah dio órdenes de que ninguna de las posesiones árabes podían tocarse, y advirtió que cualquiera que violara las órdenes sería severamente castigado. Pese a estos esfuerzos, entre unos 5.000 y 6.000 árabes evacuaron Haifa, muchos de ellos con ayuda de transportes militares británicos.
«Decenas de miles de árabes, hombres mujeres y niños, huyeron hacia los suburbios orientales de la ciudad en autos, camiones, carretones y a pie en un desesperado intento de llegar a territorio árabe antes de que los judíos tomaran el puente de Rushmiya que conduce a Samaria y la Palestina del Norte y les cortaran el paso. Miles se apresuraron a tomar todas las embarcaciones disponibles a lo largo del litoral, incluso los botes de remos, para escapar por mar hacia Acre».
The New York Times, (23 de abril de 1948).
El delegado de Siria en NU, Faris el-Khouri, interrumpió el debate de NU sobre Palestina para describir la toma de Haifa como una «masacre», y dijo que esta acción era «evidencia ulterior de que el “programa sionista” es aniquilar a los árabes dentro del Estado judío si se efectúa la partición».
Faris el-Khouri.
Al día siguiente, sin embargo, el representante británico ante las NU, Sir Alexander Cadogan, les dijo a los delegados que el combate en Haifa había sido provocado por el continuo ataque de los árabes contra los judíos unos días antes, y que los informes de masacres y deportaciones eran erróneos.
Sir Alexander Cadogan.
El mismo día (23 de abril de 1948), Jamal Husseini, el presidente del Alto Comité de Palestina, dijo ante el Consejo de Seguridad de NU que en lugar de aceptar la oferta de tregua del Haganah, los árabes «prefirieron abandonar sus casas, sus pertenencias y todo lo que poseían en el mundo y dejar la ciudad».
Jamal Husseini.
El cónsul general de EE.UU. en Haifa, Aubrey Lippincott, escribió el 22 de abril de 1948, por ejemplo, que «los líderes árabes locales dominados por el muftí» estaban instando a «todos los árabes a abandonar la ciudad, y gran número de ellos lo había hecho así».
Una orden del ejército emitida el 6 de julio de 1948 aclaraba que pueblos y aldeas árabes no habían de ser demolidos o quemados, y que los habitantes árabes no habían de ser expulsados de sus hogares.
El Haganah sí empleó guerra psicológica para alentar a los árabes a abandonar unas pocas aldeas. Yigal Allon, el comandante del Palmach («la fuerza de choque del Haganah»), dijo que había enviado judíos para que hablaran con los árabes de las aldeas vecinas y les dijeran que había una gran fuerza judía en Galilea con la intención de quemar todas las aldeas árabes de la región del lago Hula. Les dijeron a los árabes que se fueran mientras todavía tenían tiempo, y, según Allon, hicieron exactamente eso.
En el ejemplo más dramático, en el área de Ramle-Lod, las tropas israelíes, buscando proteger sus flancos y aliviar la presión sobre la sitiada Jerusalén, obligaron a una parte de la población árabe a ir hasta un área a unas cuantas millas de distancia que estaba ocupada por la Legión Árabe. «Las dos ciudades habían servido como bases a unidades irregulares de los árabes, que habían atacado frecuentemente los convoyes judíos y los asentamientos vecinos, impidiendo efectivamente el tránsito judío por la carretera principal que conduce a Jerusalén».
Como resultó obvio a partir de las descripciones de lo que ocurrió en las ciudades de mayores poblaciones árabes, estos casos fueron claramente las excepciones, y representaron tan sólo una pequeña fracción de los refugiados palestinos.
Fuente:
Extracto del libro Mitos y Realidades de la Jewish Virtual Library.
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