viernes, 30 de marzo de 2018

El primer ministro polaco condena la campaña antisemita que provocó el éxodo judío en 1968

El jefe del comunismo polaco Wladislaw Gomulka y el líder de la Union Sovietica Leonid Brezhnev Foto: Bundesarchiv, Bild 183-F0417-0001-011 Kohls, Ulrich Wikimedia CC BY-SA 3.0 de

El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, recordó que Polonia estaba bajo control soviético cuando en 1968 se produjo el éxodo de miles de judíos, que tuvieron que marcharse ante la ola de antisemitismo instigada por el Gobierno comunista, como respuesta a la crisis política que vivía el país.

“Los acontecimientos de marzo del 68 deben analizarse bajo la perspectiva de que Polonia no era un Estado independiente ni soberano, ya que dependía de la Unión Soviética”, que se sirvió del antisemitismo para fragmentar la sociedad, dijo Morawiecki durante una conferencia en Varsovia.

El Parlamento polaco aprobó una resolución donde condenó la actuación de las autoridades comunistas en la campaña antisemita que llevó a más de 20.000 judíos a abandonar Polonia entre marzo de 1968 y 1970.

La mayoría de historiadores considera hoy que la ola de antisemitismo instigada por las autoridades comunistas fue una forma de distraer la atención de la opinión pública ante las primeras manifestaciones estudiantiles contra el régimen polaco, mientras en la vecina Checoslovaquia tenía lugar la Primavera de Praga.

Así, el Gobierno comunista de Polonia desató una campaña antisemita en la prensa, aunque oficialmente se usaba el término “sionista”, que provocó la expulsión de los judíos del partido comunista polaco y de los últimos catedráticos y profesores judíos que en el país, entre ellos importante científicos e intelectuales como el sociólogo Zygmun Bauman y el filósofo Leszek Kolakowski.

Cuando en 1989 cayó el régimen comunista en Polonia, solo quedaban en el país algo menos de 10.000 judíos, muchos de los cuales ocultaban sus orígenes, una cifra ínfima si se tiene en cuenta que antes de la II Guerra Mundial vivían cerca de 3,3 millones de judíos, el 10 % de la población total polaca.

El recuerdo de la campaña antisemita de 1968 se produce en plena polémica generada por la ley sobre el Holocausto aprobada recientemente por Varsovia, una norma que contempla penas de hasta tres años de cárcel por el uso del término “campos de concentración polacos” o por acusar al país de complicidad en ese genocidio.

Esta ley ha causado una crisis diplomática entre Polonia e Israel, que considera que la norma es una “vergonzosa falta de respeto a la verdad”, y también ha motivado una advertencia por parte de Estados Unidos.

El Gobierno de Polonia anunció que en 2023 la capital polaca contará con un nuevo museo centrado en mostrar la historia del gueto de Varsovia durante la II Guerra Mundial. EFE


08/03/2018 en AURORA DIGITAL 




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