Las perspectivas de una escalada directa son más probables
David Makovsky
Al atacar las fuerzas antiaéreas sirias e instalaciones donde se encuentran los efectivos iraníes, Israel parece tener la intención de forzar a los actores claves a reconocer su profundo interés en limitar la presencia militar de Teherán en Siria. Si los líderes iraníes ignoran este interés, corren el riesgo de desencadenar una rápida escalada militar.
En Israel, el primer ministro Biniamín Netanyahu y varios líderes militares han declarado en repetidas ocasiones que su principal preocupación es evitar el “afianzamiento” militar iraní frente a su puerta, al noreste. Durante su discurso ante la Asamblea General de la ONU en septiembre pasado, Netanyahu advirtió que Israel no aceptará el desarrollo de capacidades avanzadas de producción de misiles en Siria y Líbano, y que “actuará para evitar que Irán establezca bases militares permanentes en Siria para sus fuerzas de aire, tierra y mar”. En un momento en que el principal representante de la República Islámica, Hezbollah, está apuntando más de cien mil cohetes contra Israel, los temores de la conformación de un frente conjunto sirio-libanés están creciendo.
Los recientes enfrentamientos atrajeron la atención internacional por una variedad de razones. Marcaron la primera vez del derribo de un avión de combate israelí sobre Siria, desde principios de la década de los ochenta. Además, el avión en cuestión era parte de una operación dirigida contra un centro de comando iraní en una base siria, una medida inusual dado que los ataques israelíes en Siria normalmente se centran en las discretas fuerzas de Hezbollah. El ataque al centro de comando se produjo inmediatamente después de que un avión no tripulado iraní se infiltrara en Israel, por lo que el intercambio podría conducir a una escalada mayor.
El mensaje de Israel a los actores regionales
En cualquier caso, Israel parece interesado en enviar mensajes a varios actores:
El régimen de Assad. Aunque la victoria de Assad, respaldada por Irán, en Siria no es interés estratégico o moral de Israel; Jerusalén parece comprender que no puede afectar decisivamente el resultado de la guerra. Por lo tanto, se ha centrado más bien en alterar el papel allí de Irán. Con ese fin, quiere que Damasco se dé cuenta del precio que significa permitir que Irán albergue efectivos militares en las bases sirias. Una serie de bombardeos de Israel atacaron bases que estaban lejos del sitio desde donde se lanzó el dron, por lo que la disuasión es una parte tan probable del plan de juego como la represalia.
Ciertamente, Bashar al Assad está profundamente endeudado con los iraníes por ayudar a salvar su gobierno, por lo que simplemente no puede dictarles órdenes. Sin embargo, si Israel continúa cobrando un alto costo debido a la participación iraní, Assad puede sentirse obligado a solicitar -ya sea directamente o vía Rusia- que reduzca su presencia. El régimen ya ha mostrado signos de intentar persuadir a Teherán en este sentido; según funcionarios israelíes, el jefe de Estado Mayor iraní tuvo que bajar sus humos durante una reciente visita a Damasco; mientras que Assad pospuso la firma de cualquier compromiso militar a largo plazo.
Al señalar a Damasco, el Ejército de Defensa de Israel (Tzáhal) parecen distinguir entre las actividades militares internas del régimen de Assad y el papel de Irán al respaldarlas. Altos oficiales militares israelíes han enviado mensajes a Assad a través de terceros, indicando que no se oponen a que extienda su soberanía en Siria por su cuenta, pero que verán la situación de manera muy diferente si lo hace a remolque de las milicias de Irán, Hezbollah y chiís.
Irán. Los ataques también fueron una advertencia de que el Ejército de Defensa de Israel no aceptará las actividades o instalaciones militares iraníes que amenacen a Israel. Al contrario de algunos reportes, tales ataques no son una respuesta a recientes contratos iraníes de fosfato u otras medidas económicas en Siria. Por el contrario, los oficiales israelíes tienen como objetivo obstaculizar el desarrollo de importantes infraestructuras militares: puertos marítimos, aeropuertos y bases para las unidades del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica o instalaciones de producción de misiles guiados de precisión para Hezbollah.
Israel ha lanzado otros ataques en los últimos meses para definir casos específicos de afianzamiento inaceptable y enfatizar sus líneas rojas. En septiembre, según los reportes, atacó una instalación cerca de la ciudad de Masyaf, en el noroeste de Siria, que según los oficiales del Ejército de Defensa de Israel era usada para mejorar drásticamente los viejos cohetes. En diciembre, atacó un cuartel para las milicias chiís respaldadas por Irán en al Kiswah, a unos cincuenta kilómetros de la frontera del Golán. Y ha tomado represalias en repetidas ocasiones contra Hezbollah por violar la “zona de distensión” o desescalada en el sur de Siria.
Estados Unidos. Tras los últimos ataques, la Administración Trump declaró su apoyo al derecho de Israel a defenderse, pero no suministró ninguna asistencia militar (al menos públicamente) para las operaciones contra las fuerzas iraníes en Siria. Washington anunció que mantendrá unos 2.000 soldados al este del río Éufrates en el norte y el este de Siria, pero su misión sigue sin ser clara más allá de derrotar al Estado Islámico. La Administración también se ha enfocado en manejar las tensiones turco-kurdas, con el secretario de Estado, Rex Tillerson, y el asesor de Seguridad Nacional, H. R. McMaster, visitando recientemente Ankara.
En contraste, hay pocos indicios tangibles sobre el terreno de que Washington intente activamente limitar la actividad iraní en Siria, aparte de las declaraciones generales de Tillerson de que la continua presencia militar de EE.UU. ha sido concebida en parte para frenar la influencia local de Teherán.
Algunos oficiales del Ejército de Defensa de Israel han expresado la esperanza de que la frecuente crítica del presidente Trump a las ambiciones regionales de Teherán sea el presagio de un esfuerzo militar más amplio por parte de EE.UU. contra la actividad iraní en Siria; pero otros permanecen escépticos. Al menos, la presencia de EE.UU. a lo largo de la frontera entre Siria e Irak podría ayudar a evitar que Irán transfiera por tierra armas a Hezbollah y a otros actores. Sin embargo, debido a una serie de sensibilidades políticas, es probable que Israel tenga cuidado de no incitar a Washington a una acción militar directa contra los sitios iraníes.
Por el momento, no está claro si los riesgos que plantean los ataques recientes impulsarán a Washington a cambiar de alguna manera su política. Por ejemplo, ¿hará la amenaza de un conflicto más amplio entre Israel e Irán que la Administración sea más cautelosa ante una escalada, más activa en las negociaciones de paz de Ginebra hacia un nuevo arreglo político en Siria y más dispuesta a coordinar las acciones de EE.UU. con Turquía e Israel?
Rusia. Las recientes reuniones del autor con funcionarios políticos y de seguridad en Israel sugieren que Jerusalén ve a Rusia como su mejor esperanza para restringir las actividades de Irán en el país vecino, al menos en el corto plazo. No es coincidencia que Netanyahu haya visitado al presidente Vladimir Putin siete veces en los dos años y medio desde que Moscú lanzó su intervención en Siria.
Dada la competencia de Rusia con Irán por Siria y sus preocupaciones sobre la ampliación de la guerra, los funcionarios israelíes esperan que Moscú vea los ataques del Ejército de Defensa de Israel como un freno a la influencia de Irán. También creen que Damasco necesita a Rusia más de lo que necesita a Irán, especialmente ahora que se ha logrado el objetivo de mantener el gobierno de Assad.
De hecho, Rusia ha demostrado su voluntad de tolerar los ataques israelíes, que ofrecen un medio mucho más fácil de limitar la presencia de Irán en Siria que hacerlo por sí mismo. Altos funcionarios del Ejército de Defensa de Israel también están complacidos de que Moscú no haya permitido a Irán construir nuevas infraestructuras militares cerca de las instalaciones rusas en el puerto sirio de Tartus o la Base Aérea Hmeimim, algo que Teherán aparentemente deseaba para disuadir los ataques de Israel u otros actores. Además, Rusia se ha abstenido de usar sus avanzados sistemas antiaéreos S-400 para evitar los ataques israelíes.
Jerusalén no destaca públicamente esas medidas favorables, principalmente para evitar abochornar a Moscú frente a sus socios iraníes y de Hezbollah. Al mismo tiempo, sin embargo, Israel es sobrio sobre los límites de la influencia rusa. Aunque Putin parece dispuesto a limitar las operaciones de Teherán en Siria y negar sus solicitudes de base, no ha tomado ninguna medida militar contra las instalaciones iraníes allí. Por ahora, la alianza con Teherán todavía sirve a los intereses regionales de Rusia, y los objetivos del Kremlin están mucho más alineados con los de Irán que con los de Israel. La República Islámica ha sido un importante comprador de armas rusas, y ambos países se han asociado con Hezbollah para evitar que Assad sea derrocado.
Conclusión
Aunque Israel no busca una escalada militar en Siria, está decidido a no permitir que Irán desarrolle una capacidad militar para cambiar la ecuación en sus fronteras del norte. Y los oficiales israelíes sin duda mantendrán esta postura incluso si tienen que seguir actuando solos, aunque con la ayuda indirecta de Moscú y Washington. Esto significa que los continuos esfuerzos iraníes por establecer una presencia militar en Siria probablemente enfrentarán un aumento de los ataques israelíes. En cierto punto, los persistentes esfuerzos iraníes pueden convencer a Israel de que la disuasión ha fallado. Predecir ese punto es difícil, pero si se llega a él, las perspectivas de una escalada en Siria y quizás incluso el conflicto directo entre Israel e Irán serán mucho más probables.
Fuente: The Washington Institute For Near East Policy
21/02/2018 en AURORA DIGITAL
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