Enlace Judío México e Israel – Nos encontramos en lo que se conoce como los “Aseret Yemei Teshuva” (Los diez días de teshuvá), el periodo de tiempo que transcurre entre Rosh Hashaná y Yom Kipur. Son diez días en los que hacemos teshuvá y nos preparamos para recibir a Yom Kipur, que ocurrirá la siguiente semana. Por lo mismo queremos hablar de los elementos más importantes que ocurren en esa festividad.
Kaparot. Expiación de los pecados
Antes de que empiece Yom Kipur, si es posible al amanecer del día en cuya tarde comienza la festividad, hacemos un rito que se llama kapará (kaparot en plural). En él tomamos una gallina la pasamos por la cabeza de los asistentes, pidiendo a Dios que transfiera a ella los malos decretos y después se mata y se da a una familia pobre. La idea detrás del rito es incitarnos a la reflexión y el arrepentimiento mostrándonos la muerte del animal y recordándonos el juicio divino.
Ayuno y restricciones de Yom Kipur
Lo más conocido de Yom Kipur es el ayuno que se realiza en la festividad. Éste dura 25 horas empieza al atardecer y termina al anochecer del día siguiente no se toma agua ni se consume líquido o alimento alguno. El ayuno nos ayuda a concentrarnos en los rezos y en materias espirituales, contrario a lo que se cree en Yom Kipur ayunamos con placer, no como muestra de luto. También es un recuerdo de la santidad que rodeaba a los sacerdotes en este día y una forma de purificar el cuerpo.
También nos abstenemos de otras actividades como el bañarse, tener relaciones íntimas, usar ungüentos y zapatos de cuero.
Vidui. La confesión de las transgresiones
Se podría decir que el elemento más importante de todo Yom Kipur es la confesión de los pecados a Dios; toda la festividad se lleva a cabo para darle peso a ese momento; pues es el centro del arrepentimiento y de la corrección. Por lo mismo incluimos la confesión de los pecados en los rezos de Yom Kipur. Con el rezo de “vidui” se hace un listado de todos los pecados que pudimos haber cometido a lo largo del año y de los distintos castigos que la Torá menciona. Se recita en conjunto y con cada mención uno se golpea ligeramente el pecho. La plegaria está pensada de esa forma para que necesariamente la persona se acuerde de las transgresiones que cometió y pida perdón por ellas de forma particular, incluso por aquellas que no recordamos o hicimos por accidente. Se repite varias veces en los servicios del día y se agrega a la Amidá.
Rezos de Yom Kipur
Yom Kipur es el único día del calendario judío que se hacen cinco servicios en vez de tres. Se hacen los servicios de la noche (Arbit), la maña (Shajarit) y la tarde (Minjá) como cualquier día judío, sin embargo también se agrega Musaf, un servicio que se hace en días sagrados y Neilá, un servicio que se hace únicamente cuando está por finalizar Yom Kipur. Cada uno de los servicios tiene un rezo o lectura que lo vuelven especial.
El servicio de la noche Arbit incluye Kol Nidre, una de las plegarias más conocidas en el mundo judío por dar inicio a la festividad. En ella anulamos todos los votos o promesas que hayamos hecho hasta el momento. En Shajarit (el servicio de la mañana) se leen fragmentos del libro de Levítico y se recita la plegaria de Yizkor donde recordamos a nuestros muertos. En el Musaf se encuentra la fracción de “Avodá” en la que se hace un recuento detallado de cómo se realizaban los servicios de Yom Kipur en el templo cuando éste aún estaba de pie. En Minjá se lee el libro de Jonás y el servicio de Neila es un servicio especial que sólo existe en Yom Kipur, al de éste se toca el shofar anunciando el final del ayuno y de Yom Kipur.
El libro de Jonás
La historia de Jonás se narra en el libro homónimo al profeta, ahí se nos cuenta cómo Jonás fue encomendado por Dios instruir a la ciudad de Nínive; cómo intenta huir de su misión y el barco que navega es presa de una tormenta. Los marineros y él se dan cuenta que la razón es su presencia, por lo cual decide saltar a la mar, es ingerido por un ser marino gigante que lo lleva a salvo a la ciudad de Nínive. Finalmente el profeta acepta su misión y predica en la ciudad que antes detestaba.
La historia tiene muchas enseñanzas, por un lado nos muestra a un hombre que hace teshuvá, que deja de huir de Dios y acepta el camino y destino que ha sido marcado para él. Sin embargo, primordialmente es una historia de caridad; nos enseña que no podemos aislarnos del mundo y darle la espalda a quienes necesitan de nosotros. Eso nos enseña que la teshuvá si bien está hecha para conectarnos con nuestro interior e impulsarnos a crecer individualmente no debe aislarnos del mundo ni hacer que nos volvamos indiferentes las necesidades de quienes nos rodean.
Sefora
09/09/2021 en ENLACE JUDIO
No hay comentarios:
Publicar un comentario