Se trata de darles respiro a los campos pero también es una prueba de fe. Ciertas innovaciones permiten cumplir el precepto bíblico y ayudar a cerrar brechas sociales.
Ben Rosenberg dejará descansar su granja orgánica durante el año sabático. Foto cortesía de Ben’s Farm
Ben Rosenberg dejará descansar su granja orgánica durante el año sabático. Foto cortesía de Ben’s Farm
Desde la segunda semana de septiembre el agricultor orgánico Ben Rosenberg de Israel dejará de plantar en su campo y empezará a cultivar sus vegetales en recipientes elevados dentro de invernaderos cubiertos de tela hasta septiembre de 2020.
La instalación del cobertizo especial fue costosa y Rosenberg solo podrá cultivar allí cerca de la mitad de las 40 variedades estacionales habituales que labra en el campo durante un año normal.
Lo que ocurre es que el año 5782 en el calendario judío, que comienza con la puesta del sol el 6 de septiembre, es un año sabático para la tierra ya que según la Biblia, cada séptimo año en la Tierra de Israel es una shmitá (“liberación”). Es el tiempo en que las deudas son canceladas cancelan y los campos están hechos rastrojo.
Durante la shmitá se prohíbe promover de forma activa el crecimiento de verduras con la mayoría de las formas de arado, plantado y poda conocidas.
Cualquier vegetal, flor o fruto previamente plantado que crezca en el suelo durante el año sabático tiene una santidad especial. En ese sentido, no debe desperdiciarse ni venderse y sí estar disponible gratis para cualquiera ya que se reconoce que la tierra es de Dios y no del hombre.
Así, la Biblia promete una recompensa triple en el sexto año del ciclo agrícola, suficiente para el sexto, séptimo y octavo año hasta que se puedan plantar y cosechar nuevas cosechas. Esto está escrito en Levítico 25: 20-23.
En el Israel de hoy, la mayoría de los grandes agricultores comerciales renuncian a la propiedad de sus tierras de forma simbólica durante el año sabático, lo que les permite vender productos cultivados en el suelo con ciertas modificaciones, como arar antes del comienzo de la shmitá.
Aquellos agricultores que elijan practicar la shmitá de manera más lineal tienen la posibilidad de usas diferentes maneras para poder seguir ofreciendo sus productos al mercado. Una opción es el cultivo hidropónico o en contenedores elevados como lo hace Rosenberg.
Sus 1.011 metros cuadrados de invernaderos para la shmitá fueron construidos bajo supervisión rabínica para asegurar que los vegetales no tengan contacto con el suelo en su campo de 1,21 hectáreas.
Según Rosenberg, la tierra es la “mejor manera” de cultivar alimentos porque es el entorno natural pero “no hay duda de que si la tierra descansa, se repone”. Y afirmó que él mismo lo notó cuando comenzó a cultivar así hace 13 años.
En ese sentido, la rotación de cultivos podría conseguir ese objetivo pero la shmitá es un concepto más amplio y significativo para este estadounidense “trasplantado” en Israel.
En diálogo con ISRAEL21c en Español, Rosenberg manifestó: “Es algo muy emotivo para mí. Poder cumplir una mitzvá (precepto bíblico) que está relacionado con la tierra es muy especial”.
“Una experiencia maravillosa”
Sandy Colb es un abogado de patentes de Rehovot que está muy de acuerdo con el concepto de la shmitá.
Su granja benéfica Hatov VeHameitiv (bueno y benevolente, en hebreo), cosecha 50 toneladas de frutas y verduras cada semana en unas 81 hectáreas de campos alquilados, comprados y prestados.
Su producción es distribuida a 35 agencias de servicios sociales para su entrega a poblaciones de Israel con problemas nutricionales.
Sandy Colb con un árbol de aguacate en su granja benéfica Hatov VeHameitiv. Foto cortesía de Sandy Colb
En los años sabáticos como el que viene, Colb y el equipo de su granja consultan con un rabino local para asegurarse de que cumplen de forma estricta las reglas sobre el reposo de la tierra.
“Creo que la shmitá es una gran mitzvá y que la cumplimos de forma correcta. Es un tema complejo pero me obliga a hacer las cosas de una manera diferente. Solo hay que planificarlo con mucho cuidado y, con la actitud adecuada, se vuelve una experiencia maravillosa”, desarrolló Colb.
Gran parte de su superficie de la granja de Colb está dedicada a árboles frutales que producen de forma permanente. “Los cítricos y la mayoría de los otros cultivos de árboles nacen antes de que comience la shmitá y se pueden recolectar durante el año sabático”, explicó.
La fruta que crece durante el receso tendrá el estado especial de santificación aunque se recogerá después de que termine la shmitá.
Tomates de invernadero que crecen en la granja benéfica de Hatov VeHameitiv. Foto cortesía de Sandy Colb
El caso de las verduras es diferentes porque deben plantarse nuevamente cada temporada.
Ciertos cultivos pueden ser plantados más temprano para evitar cultivarlos durante el séptimo año. De ese modo, Colb cultiva tomates y pepinos en invernaderos desconectados del suelo.
Respecto al personal que lo acompaña, Colb dijo que no despedirá a ningún empleado durante la shmitá pero que utilizará menos servicios de terceros porque no plantará durante un año.
Tecnología agrícola para la shmitá
Hacia el fino de los años 50, el Ministerio de Agricultura de Israel creó una Unidad para la Agricultura de acuerdo con instrucciones de la Torá. Este ente pertenece al Centro Volcani de la Organización de Investigación Agrícola del ministerio .
Dirigida en un principio por Moshé Sachs, pionero fundador del kibutz Shaalbim, la unidad probó soluciones para cultivar vegetales sin violar las reglas de la shmitá, como criar rosas en fardos de heno en lugar de en la tierra.
En 1989, Joshua Klein se hizo cargo de la unidad. Con un doctorado en ciencias de las plantas de la Universidad de Cornell, Klein comenzó a presentar técnicas para gestionar huertos frutales y viñedos durante la shmitá.
Una novedad es el aclareo químico, que reduce la cantidad de flores para promover frutos más grandes y de mayor calidad sin hacer podas prohibidas.
Otro proyecto fue el desarrollo de tratamientos de plántulas que inducen la resistencia a la sequía para que los cultivos se puedan sembrar temprano antes de que empiecen la shmitá y la temporada de lluvias.
“Contamos con un experimento financiado por el científico jefe del Ministerio de Agricultura sobre la poda temprana en el otoño antes del Rosh Hashaná previo a una shmitá en lugar del habitual tiempo en la primavera. Eso, por ejemplo, si lo que se busca es tener un rendimiento de uvas durante el año sabático”, indicó Klein.
“Si no se busca un rinde, es posible podar de forma extrema ya que las vides solo cederán en el octavo año mientras se renueva el viñedo”, añadió el especialista.
Los científicos de plantas de la unidad buscan también extender el almacenamiento de los productos cosechados en el sexto año para poder venderlos en el séptimo año.
Los enfoques experimentales van desde envolver en plástico (parcialmente exitoso con cidras) hasta rociar con aceite de menta (más efectivo para las papas que para las zanahorias).
“Todos los proyectos tienen relevancia para los agricultores que no cumple la shmitá pero también para aquellos fuera de Israel”, enfatizó el experimentado conferencista en todo el mundo.
Klein explicó que la shmitá se aplica solo dentro de las fronteras establecidas por los antiguos israelitas a su regreso de la esclavitud en Egipto (esto no incluye el sur del Valle de la Aravá y gran parte del Néguev donde la agricultura continúa de forma normal).
Ventajas y desventajas
De acuerdo con el científico, la principal ventaja ecológica de dejar descansar a la tierra durante un año es que las enfermedades no pueden infectar el suelo no plantado.
“Los nematodos son seres similares a los gusanos que viven en el suelo y mastican las raíces. Dañan e infectan las plantas con enfermedades pero mueren por falta de alimento. Esto también puede ocurrir con otras enfermedades porque sin alimentos, no hay lugar para que el mal quede instalado. De ese modo, el octavo año comienza con un suelo más limpia”, le dijo Klein a ISRAEL21c en Español.
El experto añadió que permitir que las malezas crezcan libres durante la shmitá consume agua almacenada en el suelo que de otra manera podría usarse para cultivos posteriores al año sabático, lo que supone una gran inversión de tiempo y dinero para devolver el campo a un estado productivo.
En esa línea, Klein destacó que su unidad desarrolló sistemas de gestión de malezas en campos para ahorrar agua y esfuerzo.
Además, hay otro benefició que no ha sido posible comprobar de forma científica. “No entiendo la razón, pero el vino de la vendimia de la shmitá ha sido una cosecha superior en cuatro de los cinco años sabáticos en los que he estado en Israel”, expresó.
Regalar uvas
Ari Pollack es uno de los socios de Tom Winery, una bodega fundada después de la shmitá que terminó en Rosh Hashaná de 2008.
Este viñedo boutique produce alrededor de 4.500 botellas al año con sus uvas cabernet Sauvignon, cabernet franc, merlot y shiraz.
Cuando se acercaba su primer shmitá en 2014, Pollack y el viticultor y enólogo principal Tomer Pnini podaron las vides en su viñedo Kerem Meirav de tres hectáreas justo antes del Año Nuevo judío.
“Hacerlo antes del otoño es arriesgado porque el viñedo puede ‘despertarse’ temprano”, indicó Pollack, trabajador del sector de alta tecnología.
Los socios tomaron seriamente la advertencia bíblica de no vender ni desperdiciar la fruta de la shmitá. “Cuando nuestras uvas estuvieron listas, publicamos mensajes en Facebook y enviamos correos electrónicos para que cualquiera pudiera venir a recogerlas sin cargo ofreciéndoles ayuda para hacer vino con lo recogido”, le contó Pollack a ISRAEL21c en Español. “Todo fue elegido”.
Ari Pollack y su hijo cosechando las primeras uvas del viñedo Kerem Meirav en 2015. Foto cortesía de Ari Pollack
Un mensaje lleno de poder
Para prepararse para la próxima shmitá, Pollack y Pnini aumentaron la producción de vino en un 50/70 por ciento para cubrir la pérdida de ingresos en el séptimo y octavo año. Pero la poda pre-shmitá puede no ser posible porque este año Rosh Hashaná llega temprano.
“Es posible que aún estemos cosechando el sexto año después de las fiestas. Si esto ocurre así, no podremos podar durante mucho tiempo porque la idea de podar es obtener mejores frutos y eso no es posible luego del comienzo de la shmitá”, reveló Pollack.
Para hallar una solución a un tema similar, es posible consultar con expertos como Yishai Netzer del departamento de ingeniería química de la Universidad de Ariel, que se especializa en métodos de prueba de poda antes de la shmitá.
“Descansar de trabajar la tierra durante un año es una gran prueba de fe, sobre todo en el mercado global actual donde ya es posible conseguir cualquier cosa en cualquier momento”, admitió Pollack.
En ese sentido, él y Pnini coincidieron al afirmar que la shmitá es una cuestión significativa. “Todo el mundo habla de justicia social y de cerrar la brecha entre pobres y ricos, Cada siete años, tenemos aquí una situación en la no hay clases sociales, todos somos iguales. Recordar que la tierra es de Dios y no nuestra es un mensaje muy poderoso”, comentó Pollack.
Ari Pollack y su hijo cosechando las primeras uvas del viñedo Kerem Meirav en 2015. Foto cortesía de Ari Pollack
Innovaciones de cara a la Shmitá
Los agrónomos del Instituto para la Torá y la Tierra de Israel (Majón HaTora Ve HaAretz) les enseñan a los municipios del país de qué forma la jardinería pública puede seguir las reglas de la shmitá. Se trata de una organización sin fines de lucro.
Antes del año sabático, los horticultores de plantas anuales y perennes realizan tratamientos estacionales. Durante el año, solo conservan y mantienen árboles y plantas existentes.
El instituto también educa al público sobre la jardinería doméstica durante la shmitá y los mecanismos para distribuir, adquirir y manipular los productos del séptimo año.
“Es muy importante que dejemos reposar la tierra en nuestros huertos y reconozcamos que los frutos no son nuestros. Podemos mantener nuestros jardines, pero hay que permitir que cualquiera venga y coseche lo que se plantó antes de la shmitá”, expresó el rabino Moshé Bloom, del departamento de inglés del instituto.
Para asegurarse de que las semillas plantadas de forma temprana antes de Rosh Hashaná no broten y mueran previo a la temporada de lluvias, el instituto aconseja a los agricultores que siembren más densa y profundamente y eviten regar.
De este modo, brotarán las semillas solo después de que lleguen las lluvias de principios del otoño e invierno.
Uno de los agrónomos del instituto compró un refrigerador especial en Europa y encontró un uso único para él en Israel: mantener a las cabezas de repollo frescas y libres de insectos durante tres meses.
Esto les permite a los agricultores plantar repollo de más, recogerlo antes de que comience la shmitá, almacenarlo y venderlo durante los primeros tres meses del año sabático.
“Quizás estas tecnologías sean el cumplimiento de la promesa de la Torá de un excedente en el sexto año. Así no dependeremos de fuentes externas a Israel y tendremos suficiente para comer en el séptimo y octavo año”, le dijo Bloom a ISRAEL21c.
El Instituto para la Torá y la Tierra de Israel brinda charlas y recorridos acerca de sus innovaciones respectivas a la shmitá así como otras leyes agrícolas bíblicas. Haciendo un clic aquí se puede obtener más información.
Fuente: ISRAEL21c
02/09/2021 en AURORA
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