Un año más entramos en Iom Kipur con la sensación de que se nos viene encima una especie de tormenta perfecta en forma de sentencia.
En este tiempo todos recordamos el acto terrorista más sangriento de la historia moderna en Estados Unidos, el 11 de septiembre del 2001, que cambiaron el mundo según la percepción de muchos.
Un atentado que está directamente relacionado con los últimos sucesos en Afganistán. El mismo espíritu que alentó, planeó y ejecutó el sangriento acto de terror está actuando en los dirigentes afganos del recién nombrado como Emirato Islámico.
Los medios de comunicación señalan que “15 miembros del nuevo gabinete de Afganistán figuran en la lista negra de terroristas de la ONU” lo que ya es un indicio de lo que está a punto de explotar en los próximos días.
La sentencia está dictada para Afganistán, sus dirigentes y para la pobre población afgana que ya está sufriendo el viejo terror yihadista.
Las Torres Gemelas de New York fueron arrasadas causando miles de muertes por la vileza del terrorismo yihadista y la desidia de unos dirigentes a nivel mundial que siguen sin ver el peligro que supone para todo el planeta la manada de sangrientos lobos islamistas que nos acecha. No son lobos solitarios los que asesinan cada semana en diferentes partes del mundo, sino manadas ejecutoras de lobos yihadistas que buscan derramar sangre y dominar el mundo.
El aumento generalizado del terrorismo yihadista se verá este año, más que nunca, a partir del Día de la Sentencia en medio de la debilidad de unos Estados Unidos humillados por la locura política de su actual presidente.
El resto de las naciones deben prepararse para una lucha sin cuartel contra el yihadismo que se ha envalentonado arrastrando por el fango a la primera potencia del mundo.
En Israel la perspectiva lamentablemente no es mejor en este año que en los anteriores. El sonado fallo en una cárcel de máxima seguridad permitiendo que se fugaran un grupo de peligrosos asesinos yihadistas ha puesto en jaque a todo el país que ve como los islamistas de puertas adentro de Israel y los de fuera de sus fronteras están campando a sus anchas.
La fuga de la cárcel de máxima seguridad es una vergüenza inadmisible que tiene que ser depurada rápidamente para un país con un prestigioso equipo humano y de innovación técnica en sistemas de seguridad contra el terrorismo internacional.
Las primeras revueltas de apoyo a los terroristas escapados se están gestando dentro de las mismas cárceles en Israel. Los miembros de la Yihad Islámica están desatando todo tipo de violencia para no ser separados y trasladados a diferentes cárceles en Israel.
El orden en las prisiones está seriamente puesto en duda bajo una política penitenciaria manejada por un gobierno de coalición progresista del cual el Partido Islamista forma parte.
¿El gobierno que una vez definimos como el del agua y el aceite sofocará este incendio?
Más peligrosos que los globos incendiarios de Hamás lanza contra Israel es esta fuga de terroristas y la situación de las cárceles que está poniendo en duda el prestigio que evidentemente tienen todas las diferentes Fuerzas de Seguridad en Israel. Unas fuerzas que valientemente defienden a la población civil combatiendo al terrorismo yihadista dentro y fuera de sus fronteras.
Las nubes negras de fuertes tormentas se ciernen sobre todo el mundo, pero particularmente sobre Israel que antes de Iom Kipur tiene que resolver el gravísimo problema de la fuga de los peligrosos asesinos de la cárcel de seguridad y la revuelta que ha estallado dentro de las cárceles israelíes.
El mismo espíritu asesino que ejecutó el atentado de las Torres Gemelas quiere destruir las “dos torres” más imponentes de Israel frente al yihadismo que son su sistema penitenciario, hasta ahora incuestionable por su alta seguridad, y las mejores fuerzas militares representadas por las Fuerzas de Defensa de Israel.
La anunciada tormenta está en ciernes y si Israel como nación no resuelve la situación sobrevenida la sentencia de Iom Kipur será el comienzo de un delicado año en materia de seguridad frente a los yihadistas que ya están levantando barricadas en las mismas cárceles.
Si antes de Yom Kipur no queda resuelta la fuga con la captura de los terroristas todo el escenario de Oriente Medio va a entrar en convulsión. Hoy más que nunca necesitamos rezar por la victoria de Israel. La paz será el resultado de la victoria de Israel frente a sus enemigos. Hazlo saber.
José I. Rodríguez
11/09/2021 en AURORA
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