jueves, 2 de enero de 2014

MITOS Y REALIDADES. #88. La guerra del golfo.

MITO:
«Saddam Hussein nunca estuvo interesado en adquirir armas nucleares».



REALIDAD:
En 1981, Israel se convenció de que Irak estaba a punto de alcanzar la capacidad de producir un arma nuclear. Para evitar la fabricación de un arma que creían sería indudablemente dirigida contra ellos, los israelíes lanzaron su ataque sorpresa que destruyó el complejo nuclear de Osirak. En ese tiempo, Israel fue muy criticado. El 19 de junio, el Consejo de Seguridad de NU condenó unánimemente la incursión. Los críticos minimizaron la importancia del programa nuclear de Irak, arguyendo que, al haber firmado Bagdad el Tratado de no Proliferación de Armas Nucleares y al permitir que sus instalaciones fuesen inspeccionadas, los temores israelíes eran infundados.

No fue sino hasta después de que Irak invadió Kuwait que los funcionarios norteamericanos comenzaron a reconocer públicamente que Bagdad estaba desarrollando armas nucleares y que estuvo más cerca de alcanzar su objetivo de lo que previamente se pensó. De nuevo, muchos críticos arguyeron que el gobierno de EE.UU. sólo buscaba una justificación para una guerra con Irak.

Meses más tarde, después de que las fuerzas aliadas habían anunciado la destrucción de las instalaciones nucleares de Irak, los inspectores de las NU encontraron que el programa de Saddam para la fabricación de armas nucleares era mucho más extenso de lo que incluso los israelíes creían. Los analistas habían pensado que Irak era incapaz de enriquecer uranio para la fabricación de bombas, pero los investigadores de Saddam se valieron de varios métodos (incluido uno que era considerado obsoleto) que se creía que le hubiera permitido a Irak fabricar por lo menos una bomba.


     Fuente:
     Extracto del libro Mitos y Realidades de la Jewish Virtual Library.

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