El ministro saudita de Exteriores, Faisal bin Farhan Al Saud, dijo en Berlín que, dentro de la Iniciativa de Paz Árabe 2002, es posible que se llegue "a relaciones diplomáticas entre todos los países de la región, incluso entre Arabia Saudita e Israel", a medio plazo.
Indicó que una condición previa para la normalización de las relaciones de Israel con el mundo árabe es que haya una paz interna con los palestinos.
"Una vez que eso se alcance, todo será posible", destacó Al Saud en una comparecencia conjunta con su homólogo alemán, Heiko Maas.
Acerca del reciente anuncio de que Israel y Emiratos Árabes Unidos entablarán relaciones bilaterales, Al Saud opinó que el hecho de que con ello se detenga la anexión de parte de Cisjordania puede ser visto como algo positivo.
Por su parte, Maas mostró su reconocimiento al camino hacia la modernización de Arabia Saudita y agregó que este será más exitoso si da un papel importante al respeto de los derechos humanos.
"Reconocemos los pasos que está dando Arabia Saudita hacia la modernización. Al mismo tiempo ,estamos convencidos de que este camino será exitoso si se desarrolla la inclusión social y se da más importancia al papel de los derechos humanos", subrayó.
Maas calificó las relaciones bilaterales de polifacéticas, complejas y en muchos campos nada fáciles.
Al Saud, por su parte, explicó que en su encuentro conversaron, entre otros asuntos, del desarrollo de energías verdes, la protección del medio ambiente, las relaciones comerciales entre los dos países y la cooperación en la lucha contra la pandemia de coronavirus.
Un tema importante fue también el conflicto en el Yemen.
Según Maas, a Arabia Saudita le corresponde un papel importante tanto en el proceso político en ese país como en la ayuda humanitaria.
A su juicio, se requiere ejercer presión sobre el Gobierno y sobre los separatistas del Yemen, donde la guerra civil que se libra desde hace cinco años una guerra civil ha desembocado en una crisis humanitaria de grandes dimensiones.
El Yemen está sumido en una guerra que divide su territorio entre el Gobierno internacionalmente reconocido del presidente Abdo Rabu Mansur Hadi y los rebeldes hutíes chiíes.
En 2015 Hadi se vio obligado a abandonar el Yemen después de que los hutíes tomaran el control de la capital, Saná, y de amplias partes del norte y el oeste del país, y su Ejecutivo se reubicó en Adén. EFE
20/08/2020 en AURORA
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