MITO:
«Israel sigue exigiendo grandes cantidades de ayuda económica, aunque ahora es un país rico que ya no necesita ayuda».
«Israel sigue exigiendo grandes cantidades de ayuda económica, aunque ahora es un país rico que ya no necesita ayuda».
REALIDAD:
A partir del año fiscal 1987, Israel recibió anualmente $1.200 millones, sumadas todas las donaciones de ayuda económica, y $1.800 millones en todas las donaciones de ayuda militar. En 1998, Israel ofreció voluntariamente reducir su dependencia de la economía norteamericana. Según un acuerdo al que se llegó con el gobierno de Clinton y el Congreso, el paquete de ayuda económica de $1.200 millones se reducirá en $120 millones anuales, de manera que desaparezca en cuestión de diez años.
La mitad de los ahorros anuales en ayuda económica ($60 millones) se añadirá al paquete de ayuda militar a Israel en reconocimiento de sus acrecidas necesidades de seguridad. En el 2001, Israel recibió $840 millones en ayuda económica y $1.900 millones en ayuda militar. En el 2002, la ayuda económica se redujo a $720 millones y la ayuda militar a fue presupuestada en $2.040 millones.
Israel hizo la oferta porque no tiene la misma necesidad de ayuda que alguna vez tuvo. El cimiento de la economía actual de Israel es fuerte; no obstante, Israel sigue gravado con deudas anteriores a EE.UU. que, a diferencia de las de Egipto y Jordania, no le fueron condonadas. Además, Israel aún puede utilizar la ayuda norteamericana. El país sigue teniendo la tremenda carga económica de absorber decenas de millares de inmigrantes de la antigua Unión Soviética, una tasa bastante alta de desempleo y un número alarmantemente alto de personas que están por debajo del nivel de la pobreza. La situación se ha exacerbado aún más por la violencia de los últimos dos años, que ha devastado la industria turística y todos los sectores de la economía de servicios que le están relacionados. Además, concesiones hechas en negociaciones de paz han requerido el desmantelamiento de bases militares y la pérdida de valiosos recursos que deben ser reemplazados.
Fuente:
Extracto del libro Mitos y Realidades de la Jewish Virtual Library.
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