MITO:
«El empleo de Jonathan Pollard para espiar en Estados Unidos es prueba de que Israel labora contra los intereses norteamericanos».
«El empleo de Jonathan Pollard para espiar en Estados Unidos es prueba de que Israel labora contra los intereses norteamericanos».
En noviembre de 1985, el FBI arrestó a Jonathan Pollard, un analista de la inteligencia naval, y lo acusó de vender material clasificado a Israel. Subsecuentemente, Pollard fue sentenciado a cadena perpetua. A su esposa, Anne, le impusieron cinco años de cárcel por asistir a su marido.
Inmediatamente después del arresto de Pollard, Israel se excusó y explicó que la operación no había sido autorizada. «Es política de Israel abstenerse de ninguna actividad de inteligencia relacionada con Estados Unidos», declaró un funcionario del gobierno, «en vista de la estrecha y especial relación de amistad » entre los dos países. El primer ministro Shimon Peres declaró: «espiar a Estados Unidos está en total contradicción con nuestra política».
Estados Unidos e Israel trabajaron juntos para investigar el caso Pollard. La investigación israelí reveló que Pollard no estaba trabajando para la inteligencia militar israelí o el Mossad, sino que era dirigido por una pequeña unidad de inteligencia científica independiente. Pollard fue quien inició el contacto con los israelíes.
Un subcomité de los Servicios de Inteligencia y Seguridad del Comité de Defensa y Asuntos Exteriores del Knesset llegó a la conclusión: «sin duda alguna… las jerarquías operativas (es decir: la Unidad de Enlace Científico dirigida por Rafael Eitán) decidieron reclutar y manejar a Pollard sin ninguna verificación ni consulta con la jerarquía política y sin recibir su aprobación directa o indirecta. El comité del Knesset censuró al gobierno por no supervisar adecuadamente a la unidad científica.
Tal como se le prometió al gobierno norteamericano, la unidad de espionaje que dirigía a Pollard fue desmantelada, sus enlaces castigados y los documentos robados fueron devueltos. El último punto fue decisivo para el caso del Departamento de Justicia de EE.UU. contra Pollard.
Pollard negó espiar «contra» Estados Unidos. Él dijo que él había proporcionado información que creía que era vital para la seguridad de Israel y que estaba siendo retenida por el Pentágono. Esto incluía datos sobre cargamentos de armas soviéticas a Siria, armas químicas iraquíes y sirias, el proyecto de la bomba atómica pakistaní y los sistemas de defensa libios.
Pollard resultó convicto de espionaje. Su sentencia de cadena perpetua fue la condena más severa jamás impuesta por espiar a un aliado. También fue mucho mayor que la sentencia promedio impuesta por espiar para la Unión Soviética y otros enemigos de Estados Unidos.
Aunque al principio Israel lo negó, el gobierno de Benjamin Netanyahu admitió que Pollard había trabajado para la inteligencia israelí y le concedió la ciudadanía.
Netanyahu solicitó clemencia para Pollard durante las conversaciones de paz del Oriente Medio en la Plantación Wye de Maryland en 1998.
Desde entonces, los funcionarios israelíes han hecho varias súplicas adicionales en favor de Pollard.
Los partidarios de Pollard en Estados Unidos también solicitan periódicamente su perdón. Se dijo que el presidente Clinton consideró su perdón, pero algunos funcionarios de la defensa y de las agencias de inteligencia se opusieron enérgicamente a la idea. Al final del período de Clinton, el tema se suscitó otra vez y el senador Richard Shelby (R-AL), presidente del Comité Selecto sobre Inteligencia del Senado, junto con una mayoría de senadores, arguyó en contra de un perdón. «El Sr. Pollard es un espía convicto que puso en riesgo nuestra seguridad nacional y puso en peligro la vida de nuestros oficiales de inteligencia», dijo Shelby. «No hay términos lo suficientemente enérgicos para expresar mi creencia de que el Sr. Pollard debe cumplir cada minuto de su sentencia…».
Extracto del libro Mitos y Realidades de la Jewish Virtual Library.
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