MITO:
«Israel engañó a Estados Unidos al venderle armas a Irán a cambio de rehenes, y ayudó a desviar las ganancias hacia los contras».
«Israel engañó a Estados Unidos al venderle armas a Irán a cambio de rehenes, y ayudó a desviar las ganancias hacia los contras».
REALIDAD:
Según el informe de los comités congresionales que investigaban el Caso Irán-contras en noviembre de 1987, la venta de armas norteamericanas a Irán a través de Israel comenzó en el verano de 1985, después de recibir la aprobación del presidente Reagan. El informe muestra que la participación de Israel fue estimulada por ofertas separadas en 1985 del tratante de armas iraquí Manucher Ghorbanifar y del consultor del Consejo de Seguridad Nacional (CSN) Michael Ledeen; este último trabajaba para el asesor de seguridad nacional Robert McFarlane. Cuando Ledeen le pidió ayuda al primer ministro Shimon Peres, el líder israelí convino en venderle armas a Irán a solicitud de EE.UU., siempre que la venta contara con la aprobación norteamericana al más alto nivel.
Antes de que los israelíes participaran, dice el informe, exigieron «un consentimiento, claro, expreso y valedero del gobierno de EE.UU.». McFarlane le dijo al comité congresional que él recibió la aprobación del presidente Reagan en julio de 1985. En agosto, Reagan de nuevo oralmente autorizó la primera venta de armamentos a Irán, pese a las objeciones del secretario de defensa Caspar Weinberger y del secretario de Estado George Shultz. Como resultado de este trato, el Rdo. Benjamin Weir, que había estado cautivo en Líbano por 16 meses, fue liberado.
Cuando se propuso [la venta] de un cargamento de misiles HAWK en noviembre de ese año, el ministro de defensa israelí Yitzhak Rabin volvió a exigir aprobación específica de EE.UU. Según McFarlane, el presidente estuvo de acuerdo.
Para diciembre de 1985, el presidente había decidido que futuras ventas a los iraníes saldrían directamente de los suministros de EE.UU.
Según el informe a los comités, el teniente coronel Oliver North, ayudante del CSN, utilizó por primera vez el dinero de la operación de Irán para sostener la resistencia nicaragüense en noviembre de 1985. Sin embargo, él más tarde testificó que la desviación de fondos a los contras se la propuso Ghorbanifar en una reunión en enero de 1986.
El comité bicameral del Congreso elogió al gobierno israelí por proporcionar una detallada cronología de los eventos en base a documentos y entrevistas relevantes con participantes clave de esta operación. Su informe corroboró la conclusión a que llegó la Comisión Tower: «los ejecutivos de EE.UU. tomaron sus propias decisiones y deben asumir la responsabilidad por sus consecuencias».
Extracto del libro Mitos y Realidades de la Jewish Virtual Library.
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