“Un apaciguador es alguien que alimenta a un cocodrilo con la esperanza de que será el último en ser comido por él”. Sir Winston Churchill
La humillación de la nada
La estrategia árabe no es nueva. E igualmente es compleja y difícil de esquivar. La idea de los islamistas es arrinconar a Israel en una tenaza cuyos dos brazos son una embestida política mundial y por el otro lado acciones terroristas en el plano local y global. El objetivo, obligar a Israel a realizar concesiones territoriales, a cambio de una supuesta y mentirosa paz, que al final oculta la idea de desmembrar el Estado judío de a pedazos.
La humillación de la nada
La estrategia árabe no es nueva. E igualmente es compleja y difícil de esquivar. La idea de los islamistas es arrinconar a Israel en una tenaza cuyos dos brazos son una embestida política mundial y por el otro lado acciones terroristas en el plano local y global. El objetivo, obligar a Israel a realizar concesiones territoriales, a cambio de una supuesta y mentirosa paz, que al final oculta la idea de desmembrar el Estado judío de a pedazos.
Y si algunos o muchos se hacían ilusiones, basta ver lo que sucedió con el experimento de Gaza donde Israel resignó tierras, expulsó a muchos colonos, y recibió como respuesta una lluvia de misiles y atentados desde el enclave costero, que se ha convertido en un bastión de los grupos árabes-palestinos más violentos, con un arsenal de cohetería de tal magnitud que obligó a paralizar transitoriamente el aeropuerto en Tel Aviv, amén de haberse cobrado varias vidas de ciudadanos israelíes.
Cisjordania, dos veces la misma piedra
Sería descabellado, suicida, y loco si alguien en Israel decidiera repetir en Judea y Samaria lo que resultó de la retirada en Gaza. Los israelíes deben evaluar que ellos cedieron Gaza a la OLP (supuestamente los moderados), pero luego el poder fue asaltado de diversas formas por los extremistas del Hamás. No me caben dudas que esto volvería a pasar en Cisjordania. Dado que las sociedades árabes son altamente inestables y volcánicas, y ejemplo de esto es lo que se ve en casi todos los países árabes, inclusive ahora en Siria, donde diversas facciones luchan por hacerse del poder, y al final nadie sabe quien es quien, pero lo cierto que todos ellos son violentos, asesinos y contrarios a Israel.
Otro punto para este segundo bloque es que los terrenos de la Cisjordania se encontrarían en un nivel de altura más alto que la zona media y la franja costera mediterránea de Israel, sería algo equivalente a ceder la meseta del Golán, dándole la posibilidad a los árabes-palestinos de bombardear fácilmente desde la Cisjordania todas las ciudades y localidades judías del centro del país.
Los colonos, y la profundidad estratégica
Los árabes, al igual que los nazis no son tontos. Son expertos y tienen historia en llevar adelante guerras prolongadas y de desgaste. Ellos han logrado en alguna medida introducir una cuña o separación en la sociedad israelí respecto al proceso de paz, y a la fórmula “tierras por paz” que en la práctica solo llevará a “tierras por guerra”.
Y es que los ismaelitas tan violentos conocen la naturaleza judía y se aprovechan del flanco contestatario que subyace en nuestro pueblo. Muchos partidos y muchas ideas dentro de un pueblo tan pequeño.
Además atizan nuestra conciencia moral, con el argumento que los judíos le hacen a los palestinos lo que los nazis les hicieron sufrir a los judíos (obvio que nada que ver), pero logran tocar nuestra fibra compasiva.
Además como en el libro de las fábulas de Esopo, el recurso de dividir para reinar es la herramienta de los árabes, ya que plantean que el problema de la paz se puede solucionar expulsando a los colonos como si éstos fueran una casta aparte o separada del resto del pueblo judío y si esto así sucediera ellos harían la paz con los israelíes que viven dentro de la llamada línea verde. Nada más lejos de la verdad. Bastaría leer la fábula de como el León consigue dividir y comerse a los tres bueyes.
En definitiva, “la consigna árabe-palestina es: primero los llamados colonos en Cisjordania, y luego irán por el resto”.
Para abrochar este tercer bloque está el problema que Israel es en verdad un país muy pequeño, cuya superficie es similar a la de la Provincia argentina de Tucumán, es decir, carece de terrenos o barreras naturales que permitan supuestamente una separación de esta población árabe en su mayoría belicosa y hostil, que cada vez que cede terreno, ellos (los terroristas palestinos), ganan metros para poder acercar las lanzaderas de cohetes y lograr mejor exactitud en el blanco.
Es por este motivo que necesitan sacarse de encima a los colonos que son aquellos que reclaman derechos sobre la Tierra de Israel y los arrinconan cada vez más, dado que se expanden y aumentan la demografía judía y amenazan con cercarlos, aislarlos alejarlos y confinarlos en las zonas bajo control palestino. Los colonos judíos de hoy y de siempre son la punta de lanza y aquellos que “plantan bandera” y obvio, la salvación de Israel.
Siempre he dicho que no es el ejército el que defiende a los colonos, sino que son éstos los que defienden al ejército y al resto del país. Cuando se retiraron de Gaza, en mi modesta opinión, deberían haber retenido una zona tampón en la zona norte y más deshabitada y ofrecer reubicar allí al resto de los judíos de los 21 asentamientos desmantelados con el fin de crear o mantener un polo judío de referencia en la Franja de Gaza.
El meollo del problema. Reflexión final
Mas allá de especulaciones políticas, o militares o de terreno, lo que los palestinos pretenden es quitarle legitimidad a Israel. La solución de “dos Estados para dos pueblos” es inviable en un territorio tan pequeño y permitirá que los árabes palestinos cuenten con un ejército, puertos o aeropuertos propios donde operar contra Israel. Además, queda el otro problema que es la presencia de mas de un millón de árabes-israelíes cuya fidelidad y lealtad a Israel es muy dudosa. Muchos de ellos, (no todos) podrían constituirse en la quinta columna, y lograr (D´os libre) en forma combinada con sus hermanos árabes-palestinos generar una tempestad y crear un verdadero colofón para el Estado Judío. Es decir, atacado desde afuera y desde adentro.
Israel puede que no se de cuenta, pero el que lo analiza desde afuera se da cuenta que hoy por hoy está luchando por su vida, de igual forma que tuvo que pelear en 1948. La picardía árabe es hacernos tragar el sapo que no es así, y que sus reclamos territoriales son parciales, cuando en realidad toman una parte y luego van por el resto y el todo.
D’os nos de su protección.
23/09/2014 en AURORA DIGITAL.
http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Newsletter/60414/?utm_source=Noticias+diarias+Domingo-TEA&utm_medium=28-09-2014%202da%20edic
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