sábado, 11 de octubre de 2014

MITOS Y REALIDADES. #245. El proceso de paz.

MITO:
«Yasser Arafat condena el terrorismo, y el liderazgo palestino moderado firmó una declaración pública diciendo que los ataques terroristas contra Israel son inmorales».



REALIDAD:

Es un triste comentario que ahora colmen de alabanzas a los palestinos cuando condenan los nefandos ataques terroristas contra judíos inocentes. Sin embargo, los palestinos no se determinan a hacer inequívocas declaraciones contra el terrorismo. Yasser Arafat se ha presentado con hábiles fórmulas que automáticamente emite después de cada agresión terrorista en la cual condena el ataque contra los israelíes pero siempre equilibra la declaración con alguna crítica a Israel. Así, por ejemplo, la Autoridad Palestina condenó el 31 de julio de 2002 la explosión terrorista de la cafetería de la Universidad Hebrea que mató a siete personas, entre ellas a cinco norteamericanos, pero dijo que Ariel Sharón era responsable por el«ciclo del terror».



Tras una declaración ambigua semejante después del atentado a una pizzería israelí, el WashingtonPost dijo en un editorial que el liderazgo palestino no debería haber tenido ninguna dificultad en condenar inequívocamente el atentado, pero que su respuesta «era peor que equívoca… Esta celebración del asesinato, junto con el perverso intento de transferir la responsabilidad del ataque al Sr. Sharón, agrega una medida de insulto a la grave injuria que el atentado mismo infligiera».

Después de que Estados Unidos comenzara a presionar a los palestinos para deponer a Arafat y para hacer más para detener el terror, un grupo de intelectuales palestinos, entre ellos conocidos portavoces tales como Sari Nusseibeh y Hanan Ashrawi, recibieron publicidad por firmar la primera denuncia pública acerca de las «operaciones militares» palestinas. El 19 de junio de 2002, el día después de un atentado suicida a un autobús que mató a 19 civiles israelíes, 55 palestinos firmaron un anuncio de página completa en el periódico Al-Quds en el que les pedían a los que atacaban civiles dentro de Israel a que reconsideraran su estrategia.

Los signatarios no condenaron los ataques contra los judíos en los territorios. Aparentemente una mujer o un niño es un objetivo admisible si están un pie más allá de la frontera de 1967. Aun en esta declaración, los valientes intelectuales sugerían que el problema era que los ataques terroristas le dan a Sharón una excusa para continuar su «guerra de agresión». Como hacía notar Stuart Schoffman, columnista del Jerusalém Report, no se atreven a decir que «volar autobuses es inmoral, no meramente contraproducente».

Incidentalmente, los intelectuales no se sintieron tan profundamente motivados por el hecho como para pagar ellos mismos por el anuncio. Fue costeado por fuentes de la Unión Europea.




     Fuente:
     Extracto del libro Mitos y Realidades de la Jewish Virtual Library.


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