MITO:
«Ariel Sharón ha puesto en claro que no quiere la paz y que ningún arreglo es posible mientras él sea primer ministro».
«Ariel Sharón ha puesto en claro que no quiere la paz y que ningún arreglo es posible mientras él sea primer ministro».
REALIDAD:
Ariel Sharón ha sido satanizado por los árabes y caricaturizado por la prensa, que con frecuencia insiste en referirse a él como el primer ministro «derechista» o de «la línea dura», apelativos que rara vez se adjuntan a los de otros líderes extranjeros. Sharón ha pasado la mayor parte de su vida como soldado y funcionario público intentando lograr la paz para su nación.
Fue Ariel Sharón quien le dio al primer ministro Menajen Begin el respaldo decisivo que hizo posible el tratado de paz entre Egipto e Israel. En un momento crucial en Camp David, las negociaciones estaban a punto de desplomarse por la insistencia del presidente egipcio Anwar Sadat de que los asentamientos israelíes en Sinaí fuesen desmantelados. Begin llamó a Sharón y le preguntó si debía ceder los asentamientos; Sharón no sólo le aconsejó que lo hiciera, sino que finalmente fue el único que impuso la decisión de mudar a los colonos, algunos de ellos por la fuerza.
Los puntos de vista de Sharón han evolucionado a lo largo del tiempo. Si bien él se oponía tenazmente en una época a la creación del Estado palestino, como primer ministro ha apoyado esa idea, en oposición a algunos miembros de su propio partido.
Desde que tomó posesión, Sharón ha ofrecido en repetidas ocasiones negociar con los palestinos con la única condición de que terminen la violencia.
Pidió tan sólo siete días de paz —una demanda que algunos encontraron onerosa pese al hecho de que los palestinos habían prometido en Oslo ocho años de paz —y posteriormente retiró esa demanda. Cuando lo hizo, los palestinos respondieron a su gesto con la masacre de Pascua, el atentado suicida en medio de una ceremonia religiosa en un hotel de Netania en el cual 29 personas murieron.
Sharón subsecuentemente propuso una conferencia de paz, una idea que el gobierno de Bush respaldó. Aunque Abdula, el príncipe coronado saudita, propuso una iniciativa de paz que estaba llena de condiciones que el saudita sabía que Israel nunca podría aceptar, Sharón no rechazó el plan y pidió negociaciones directas para discutirlo.
Si los árabes dudan del compromiso de Sharón con la paz, todo lo que deben hacer es ponerle a prueba: terminar la violencia y comenzar las negociaciones.
Mientras los palestinos mantengan sus ataques terroristas, ningún primer ministro israelí puede ofrecerles concesiones.
«Al final, nosotros [Israel y los palestinos] llegaremos a una solución en la cual habrá un Estado palestino, pero tendrá que ser un Estado palestino por acuerdo y tendrá que ser un Estado palestino desmilitarizado». Ariel Sharón
Fuente:
Extracto del libro Mitos y Realidades de la Jewish Virtual Library.
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