Foto: Albatross
La Unión Europea (UE) financiará la planificación para colocar un gasoducto de gas desde el embalse de gas costa afuera de Leviatán de Israel a Europa.
El 25 de enero, la Comisión Europea en Bruselas publicó una lista de sus proyectos prioritarios de energía limpia para 2018 que recibirán 873 millones de euros en fondos agregados.
El proyecto, llamado EastMed, es para una tubería submarina desde Leviatán a través de las aguas chipriotas hasta Creta e Italia. La UE ha asignado 34 millones de euros para completar la planificación, por lo que se puede tomar una decisión final sobre la inversión en el proyecto en 2019.
El financiamiento se transferirá a través de IGI Poseidon, una subsidiaria de la compañía francesa Edison, que está realizando las pruebas de viabilidad de ingeniería para el proyecto. El proyecto EastMed, propuesto por primera vez hace dos años por el ministro de Infraestructura Nacional, Energía y Recursos Hídricos, Yuval Steinitz, consiste en tender un gasoducto desde el depósito de gas Leviatán de Israel y los depósitos de gas Afrodita de Chipre a través de Creta hasta el sur de Italia, donde estará conectado al mercado europeo de gas.
De acuerdo con el cronograma actual, la construcción del proyecto comenzará en 2021 y demorará cuatro años. Al mismo tiempo, continúan las discusiones entre los directores generales de los ministerios de energía de Israel, Chipre, Grecia e Italia para un acuerdo político general para el proyecto. La UE considera que EastMed es un proyecto estratégico que mejorará la seguridad energética de los países europeos al darles acceso a un suministro de gas a través de otro oleoducto además de los recursos de gas de Rusia y Noruega, que disminuyen.
Este ambicioso proyecto, sin embargo, aún está lejos de ser implementado. La dificultad de ingeniería en este complejo proyecto de infraestructura radica en su ruta submarina, que alcanza una profundidad de 3,3 kilómetros, y en la actividad volcánica en el fondo del mar entre Chipre y Grecia. Dicha actividad puede causar daños a la tubería que serán muy difíciles de reparar. Otra dificultad igualmente importante es la viabilidad económica del proyecto. El precio promedio del gas en Europa durante el año pasado fue de $ 5.50-6 por Btu, mientras que el precio no es mucho más barato en Israel: $ 5.3 por Btu. Para justificar el gasto considerable de construir la tubería submarina, la diferencia debería ser de $ 2-3 por Btu.
Incluso si se coloca el oleoducto, Israel no reemplazará a Gazprom, que suministra un estimado de 200 BCM de gas natural al año, pero Israel definitivamente se convertirá en un proveedor importante de gas en la región. La tubería podrá transportar 5-10 BCM por año.
Se está considerando la participación de la empresa gubernamental Israel Natural Gas Lines en el proyecto. La participación de una empresa del gobierno en este gran proyecto hace que su implementación sea más probable.
29/01/2018 en AURORA DIGITAL
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