MITO:
«La guerra del Golfo se libró por causa de Israel».
REALIDAD:
Antes de que el presidente George Bush hiciera el anuncio de la Operación Tormenta del Desierto, los críticos de Israel afirmaban que el Estado judío y sus partidarios estaban empujando a Washington a empezar una guerra con Irak, para eliminarlo como amenaza militar. Sin embargo, el presidente Bush puso en claro la posición de Estados Unidos en su discurso del 2 de agosto de 1990, diciendo que Estados Unidos tiene «permanentes intereses vitales» en el Golfo Pérsico. Además, la «evidente agresión» de Irak violaba la Carta de las NACIONES UNIDAS. El Presidente expresó preocupación por otras pequeñas naciones del área así como por los ciudadanos norteamericanos que vivían o trabajaban en la región. «Veo como una responsabilidad fundamental de mi presidencia la de proteger a los ciudadanos norteamericanos».
En el curso de la crisis del Golfo, el Presidente y otros altos funcionarios del gobierno aclararon que los intereses de EE.UU. (fundamentalmente los suministros de petróleo) se veían amenazados por la invasión iraquí de Kuwait.
La mayoría de los norteamericanos convinieron con la decisión del Presidente de ir a la guerra. Por ejemplo, la encuesta del Washington Post/ABC del 16 de enero de 1991, arrojaba que el 76 por ciento de los norteamericanos aprobaba que EE.UU. fuese a la guerra con Irak, frente a un 22 por ciento que lo desaprobaba.
Es cierto que Israel veía a Irak como una seria amenaza a su seguridad dado su liderazgo en el campo de las naciones que rechazaban cualquier acuerdo. Las inquietudes israelíes resultaron justificadas después que la guerra comenzó e Irak lanzó 39 misiles Scud contra los centros de la población civil israelí.
Israel nunca les ha pedido a las tropas norteamericanas que libren sus batallas. Aunque las fuerzas israelíes estaban preparadas para participar en la Guerra del Golfo, no lo hicieron a pedido de Estados Unidos. Aun después de la provocación de los ataques con misiles Scud, Israel asintió al pedido de Estados Unidos y no respondió.
Fuente:
Extracto del libro Mitos y Realidades de la Jewish Virtual Library.
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