sábado, 12 de julio de 2014

MITOS Y REALIDADES. #170. Jerusalén.

MITO:
«Israel les niega a musulmanes y cristianos el libre acceso a sus santos lugares».

REALIDAD:
Desde 1967, cientos de miles de musulmanes y cristianos —muchos de ellos provenientes de países árabes que permanecían en estado de guerra con Israel— han venido a Jerusalén a visitar sus lugares sagrados. Los líderes árabes están en libertad de visitar Jerusalén para orar si lo desean, tal como hizo el presidente egipcio Anwar Sadat en la mezquita de al-Aksa. 
Por razones de seguridad, a veces se imponen restricciones temporales en el Monte del Templo, pero el derecho al culto no está limitado y otras mezquitas siguen accesibles, incluso en momentos de gran tensión.


Según el Islam, el profeta Mahoma fue transportado milagrosamente de la Meca a Jerusalén, y fue desde allí que hizo su ascensión al cielo. El Domo de la Roca y la mezquita de al-Aksa, ambas construidas en el siglo séptimo, hicieron definitiva la identificación de Jerusalén como el «Remoto lugar» que se mencionaba en el Corán y, por consiguiente, un lugar santo después de la Meca y Medina. Los derechos musulmanes sobre el Monte del Templo, el sitio de los dos santuarios, no se han violado. Aunque es el lugar más sagrado del judaísmo, Israel ha dejado el Monte del Templo bajo el control de las autoridades musulmanas.


Para los cristianos, Jerusalén es el lugar donde Jesús vivió, predicó, murió y resucitó. Si bien es la Jerusalén celestial, más que la terrenal, en la que la Iglesia pone énfasis, los lugares mencionados en el Nuevo Testamento como sitios del ministerio de Jesús han atraído a peregrinos y creyentes devotos durante siglos. Entres estos sitios están la iglesia del Santo Sepulcro, el Jardín de Getsemaní, el sitio de la Última Cena y la Vía Dolorosa con las catorce estaciones de la Cruz.

El derecho de las diversas iglesias cristianas a la custodia de los santos lugares cristianos en Jerusalén quedó definido en el curso del siglo XIX cuando Jerusalén era parte del Imperio Otomano. Estos derechos, que se conocen como «el acuerdo del status quo para los santos lugares de Jerusalén», se mantuvieron en vigor durante el período del mandato británico y aún se mantienen en el Israel actual.


     Fuente:
     Extracto del libro Mitos y Realidades de la Jewish Virtual Library.


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