MITO:
«Jerusalén es una ciudad árabe».
«Jerusalén es una ciudad árabe».
REALIDAD:
Los judíos han estado viviendo en Jerusalén permanentemente por casi dos milenios. Y desde la década de los cuarenta del siglo XIX constituyen la mayor comunidad poblacional de la ciudad. En Jerusalén se encuentra el Muro Occidental o «Muro de los Lamentos» del Monte del Templo, el lugar más santo del judaísmo.
Jerusalén nunca fue la capital de ninguna entidad árabe. De hecho fue un rincón atrasado durante la mayor parte del tiempo de la historia árabe. Nunca tuvo el rango de capital provincial bajo el gobierno musulmán ni nunca fue un centro cultural musulmán. Para los judíos, toda la ciudad es sagrada, pero los musulmanes veneran un lugar "el Domo de la Roca" no la ciudad. «Para un musulmán», señaló el escritor británico Christopher Sykes, «existe una profunda diferencia entre Jerusalén y la Meca o Medina. Estás últimas son lugares sagrados que contienen lugares sagrados». Además del Domo de la Roca, apuntaba él, Jerusalén no tiene ninguna gran importancia islámica.
Fuente:
Extracto del libro Mitos y Realidades de la Jewish Virtual Library.
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