MITO:
«Cuando Israel excavó el túnel en el Muro Occidental, amenazó la integridad del Monte del Templo y de la mezquita de al-Aksa, y por consiguiente fue condenado por el Consejo de Seguridad de las NU».
«Cuando Israel excavó el túnel en el Muro Occidental, amenazó la integridad del Monte del Templo y de la mezquita de al-Aksa, y por consiguiente fue condenado por el Consejo de Seguridad de las NU».
REALIDAD:
La parte mejor conocida de lo que queda de las construcciones herodianas del Monte del Templo es la tradicional área de oración judía del Muro Occidental [o «de los Lamentos»] que ha estado expuesta, por encima del nivel del suelo, durante dos mil años. La toma de la Ciudad Vieja en la guerra de los Seis Días brindó una oportunidad de explorar a lo largo de la prolongación del Muro Occidental desde la plaza de la oración hacia el norte. Largas secciones del muro sur del Monte del Templo y su esquina sudoccidental quedaron expuestas durante los años 70, mostrando un cuadro más completo de las monumentales murallas que rodeaban el Monte del Templo y las vastas áreas de construcción pública que se proyectaban fuera de ellas.
Un túnel permite a los peatones caminar sobre piedras de 2000 años de antigüedad a lo largo de una de las sendas subterráneas más antiguas de Jerusalén, que comienza en la plaza del Muro Occidental y termina en la Vía Dolorosa. Durante años, Israel mantuvo la salida cerrada para evitar provocar a los palestinos que ya se sentían enojados con la excavación. Esto obligaba a los que visitaban el túnel a regresar por el mismo camino por donde habían entrado, teniendo en ocasiones que echarse, literalmente, a un lado y comprimir a los que pasaban en dirección contraria.
En septiembre de 1996, el primer ministro Benjamin Netanyahu decidió abrir la salida. Se hizo tarde en la noche para reducir las posibilidades de violencia, pero dio la impresión de que se estaba haciendo algo clandestino. Los palestinos (y los musulmanes de todas partes) vieron la acción como una violación provocativa de los acuerdos de paz y como parte de una campaña israelí para socavar los santos lugares musulmanes. Los palestinos reaccionaron amotinándose.
El Consejo de Seguridad de NU adoptó la resolución 1093 luego de que el representante saudita se quejó de que Israel estaba abriendo un túnel «en la vecindad de la mezquita de al-Aksa». En verdad, el túnel es un sitio arqueológico que no tiene nada que ver con la mezquita. La restauración del Muro Occidental se llevó a cabo como parte de un empeño progresivo de Israel de mostrar importantes hallazgos arqueológicos en Jerusalén y mejorar la infraestructura del turismo en la Ciudad Vieja.
El túnel fue re-excavado bajo la supervisión de arqueólogos e ingenieros. Ningún sitio arqueológico ni religioso se vio afectado por su construcción. El túnel no pasa por debajo del Monte del Templo y su restauración no puso en peligro ninguno de los edificios ni otras estructuras de la Ciudad Vieja.
Ninguna propiedad privada fue expropiada, condenada o de alguna manera confiscada para realizar este proyecto.
Además, la restauración del túnel no violaba el Acuerdo Interino entre Israel y los palestinos, ya que las restauraciones arqueológicas en Jerusalén no están contempladas en este documento.
La polémica finalmente se extinguió y hoy el túnel puede ser visitado por los turistas. Por haberse llegado a abrir esta salida, los turistas tienen fácil acceso a la Vía Dolorosa desde la plaza del Muro Occidental, lo cual beneficia a los comerciantes del Barrio Musulmán por donde los visitantes salen.
Fuente:
Extracto del libro Mitos y Realidades de la Jewish Virtual Library.
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