MITOS:
«Siria ha sido una fuerza en pro de la estabilidad y el bien en el Líbano. Siempre ha respetado la soberanía y la independencia de Líbano».
REALIDAD:
Damasco tiene una larga y sangrienta historia de intervención en el Líbano, y no ha ocultado sus esperanzas de convertir a su vecino más débil en parte de Siria. Desde la creación de Líbano contemporáneo en 1920, «la mayoría de los sirios nunca han aceptado el Líbano moderno como un estado soberano e independiente». El estallido de la guerra civil libanesa en 1975 le dio a Damasco la oportunidad de afirmar su creencia de que el Líbano y Siria constituían una sola entidad.
En 1976, Siria intervino en la guerra civil libanesa en favor de los cristianos de Líbano. Para 1978, Damasco había cambiado de bando, y apoyaba a una coalición izquierdista de palestinos, drusos y musulmanes contra los cristianos. Finalmente, las tropas sirias ocuparon dos tercios de Líbano. El emplazamiento de baterías tierra-aire de Siria en el Líbano, y su política de permitir a la OLP y a otros grupos terroristas que atacaran a Israel desde allí, ayudó a detonar la guerra de Líbano de 1982.
Durante la primera semana de la «Operación Paz para Galilea» iniciada por Israel en junio de 1982, las tropas sirias entablaron batallas con las tropas israelíes. Los israelíes destruyeron o averiaron 18 de las 19 baterías de misiles sirias y, en un día, derribaron 29 aviones de combate sirios Migs sin la pérdida de un solo avión. Siria e Israel evitaron confrontaciones por el resto de la guerra.
Sin embargo, Siria encontró otros medido para agredir a Israel. En 1982, los agentes sirios asesinaron al presidente electo Bashir Gemayel, que quería la paz con Israel. Dos años después, Siria obligó al presidente Amín Gemayel, hermano de Bashir, a rechazar un tratado de paz que él había firmado con Israel el año anterior.
Las actividades de Siria tenían por objetivo no sólo a Israel, sino también a Occidente. En abril de 1983, los terroristas de Jezbalá, operando desde territorio controlado por los sirios, bombardearon la embajada de EE.UU. en Beirut, matando a 49 personas e hiriendo a 120. Seis meses después,. los terroristas de Jezbalá lanzaron dos camiones cargados de explosivos contra los cuarteles próximos a Beirut de infantes de marina norteamericanos y franceses, atentado en el cual murieron 241 norteamericanos y 56 soldados franceses.
En 1985, los operativos de Jezbalá comenzaron a secuestrar a occidentales en las calles de Beirut y de otras ciudades de Líbano. Desde el comienzo, se hizo evidente que los sirios y sus colaboradores iraníes podían ordenar la liberación de los rehenes occidentales en cualquier momento. Por ejemplo, cuando un francés fue secuestrado en agosto de 1991, los sirios exigieron que fuera liberado. Y, al cabo de unos díás, así ocurrió.
La mayoría de los rehenes eran retenidos en el Valle de Beka o en los suburbios de Beirut. Ambas áreas estaban controladas por Siria. De 1985 a 1988, los milicianos chiítas de Ama¡, estrechamente alineados con Siria, mataron a cientos de civiles palestinos en ataques a los campamentos de refugiados.
En octubre de 1990, con la atención del mundo concentrada en Kuwait, las tropas sirias asaltaron en Beirut el baluarte del general insurgente cristiano Michel Aoun. Además de los muertos en batalla, aproximadamente 700 personas fueron masacradas.28 Con ese ataque relámpago, Damasco barrió el único foco que amenazaba su hegemonía en Líbano.
El 22 de mayo de 1991, el presidente libanés El as Hrawi viajó a Damasco a firmar un «Tratado de fraternidad, cooperación y coordinación» con el presidente sirio Hafez Assad. El acuerdo dice que Siria garantizará «la soberanía e independencia» de Líbano, aunque a Damasco se le permita mantener su ejército de ocupación en ese país.
Un atisbo de las verdaderas intenciones de Siria se desprenden de declaraciones hechas por el ministro de defensa Mustafá Tlas varias semanas antes de la firma del tratado. Tlas predijo que se lograría la unidad entre los dos países «pronto, o al menos en nuestra generación» Desde la firma del tratado, Siria ha ejercido un control más estricto sobre Líbano, suprimiendo violentamente todo lo que se oponga a su dominación.
«Siria ha sido una fuerza en pro de la estabilidad y el bien en el Líbano. Siempre ha respetado la soberanía y la independencia de Líbano».
REALIDAD:
Damasco tiene una larga y sangrienta historia de intervención en el Líbano, y no ha ocultado sus esperanzas de convertir a su vecino más débil en parte de Siria. Desde la creación de Líbano contemporáneo en 1920, «la mayoría de los sirios nunca han aceptado el Líbano moderno como un estado soberano e independiente». El estallido de la guerra civil libanesa en 1975 le dio a Damasco la oportunidad de afirmar su creencia de que el Líbano y Siria constituían una sola entidad.
En 1976, Siria intervino en la guerra civil libanesa en favor de los cristianos de Líbano. Para 1978, Damasco había cambiado de bando, y apoyaba a una coalición izquierdista de palestinos, drusos y musulmanes contra los cristianos. Finalmente, las tropas sirias ocuparon dos tercios de Líbano. El emplazamiento de baterías tierra-aire de Siria en el Líbano, y su política de permitir a la OLP y a otros grupos terroristas que atacaran a Israel desde allí, ayudó a detonar la guerra de Líbano de 1982.
Durante la primera semana de la «Operación Paz para Galilea» iniciada por Israel en junio de 1982, las tropas sirias entablaron batallas con las tropas israelíes. Los israelíes destruyeron o averiaron 18 de las 19 baterías de misiles sirias y, en un día, derribaron 29 aviones de combate sirios Migs sin la pérdida de un solo avión. Siria e Israel evitaron confrontaciones por el resto de la guerra.
Sin embargo, Siria encontró otros medido para agredir a Israel. En 1982, los agentes sirios asesinaron al presidente electo Bashir Gemayel, que quería la paz con Israel. Dos años después, Siria obligó al presidente Amín Gemayel, hermano de Bashir, a rechazar un tratado de paz que él había firmado con Israel el año anterior.
Las actividades de Siria tenían por objetivo no sólo a Israel, sino también a Occidente. En abril de 1983, los terroristas de Jezbalá, operando desde territorio controlado por los sirios, bombardearon la embajada de EE.UU. en Beirut, matando a 49 personas e hiriendo a 120. Seis meses después,. los terroristas de Jezbalá lanzaron dos camiones cargados de explosivos contra los cuarteles próximos a Beirut de infantes de marina norteamericanos y franceses, atentado en el cual murieron 241 norteamericanos y 56 soldados franceses.
En 1985, los operativos de Jezbalá comenzaron a secuestrar a occidentales en las calles de Beirut y de otras ciudades de Líbano. Desde el comienzo, se hizo evidente que los sirios y sus colaboradores iraníes podían ordenar la liberación de los rehenes occidentales en cualquier momento. Por ejemplo, cuando un francés fue secuestrado en agosto de 1991, los sirios exigieron que fuera liberado. Y, al cabo de unos díás, así ocurrió.
La mayoría de los rehenes eran retenidos en el Valle de Beka o en los suburbios de Beirut. Ambas áreas estaban controladas por Siria. De 1985 a 1988, los milicianos chiítas de Ama¡, estrechamente alineados con Siria, mataron a cientos de civiles palestinos en ataques a los campamentos de refugiados.
En octubre de 1990, con la atención del mundo concentrada en Kuwait, las tropas sirias asaltaron en Beirut el baluarte del general insurgente cristiano Michel Aoun. Además de los muertos en batalla, aproximadamente 700 personas fueron masacradas.28 Con ese ataque relámpago, Damasco barrió el único foco que amenazaba su hegemonía en Líbano.
El 22 de mayo de 1991, el presidente libanés El as Hrawi viajó a Damasco a firmar un «Tratado de fraternidad, cooperación y coordinación» con el presidente sirio Hafez Assad. El acuerdo dice que Siria garantizará «la soberanía e independencia» de Líbano, aunque a Damasco se le permita mantener su ejército de ocupación en ese país.
Un atisbo de las verdaderas intenciones de Siria se desprenden de declaraciones hechas por el ministro de defensa Mustafá Tlas varias semanas antes de la firma del tratado. Tlas predijo que se lograría la unidad entre los dos países «pronto, o al menos en nuestra generación» Desde la firma del tratado, Siria ha ejercido un control más estricto sobre Líbano, suprimiendo violentamente todo lo que se oponga a su dominación.
Fuente:
Extracto del libro Mitos y Realidades de la Jewish Virtual Library.
No hay comentarios:
Publicar un comentario