jueves, 20 de febrero de 2014

Árabes reclaman nacionalidad española como sefardíes

Los descendientes de los árabes que fueron expulsados de España en el siglo XVII reclaman el mismo trato que recibirán los judíos sefardíes para poder acceder a la nacionalidad española, tal y como prevé una reciente reforma del Código Civil. 
 


En la actualidad dichos árabes residen en diversos estados africanos, europeos y asiáticos, fundamentalmente en Marruecos, pero también en Túnez, Mali o Mauritania, así como en Turquía e Israel, aunque no hay estimaciones fidedignas de cuántos pueden ser.

Los árabes conocidos como moriscos fueron los musulmanes que se convirtieron forzosamente al cristianismo tras la toma de Granada pero que, en su gran mayoría, hablaban habitualmente el árabe y mantenían las tradiciones culturales y religiosas del islam.

La diáspora empezó mucho antes, pero culminó entre 1609 y 1613, cuando una orden del rey español, Felipe III, dictó su expulsión definitiva. En total, se fueron unas 300.000 personas, especialmente de Valencia, Aragón, Murcia y Andalucía. En Valencia eran tan importantes que su expulsión ocasionó una grave crisis económica.

Bayib Loubaris, presidente de la Asociación Memoria de los Andalusís, afirmó que «El Estado español, al igual que anunció el derecho de los judíos sefardíes a la nacionalidad española, debería reconocer el mismo derecho para el resto de expulsados, los moriscos: de lo contrario, su decisión sería selectiva, por no decir racista».

Los judíos sefardíes fueron expulsados de España al emitirse el Edicto de Granada en 1492 que les obligó a convertirse al cristianismo o a exiliarse en un plazo de tres meses. Actualmente son unos tres millones, con grandes comunidades en Israel, Francia y América Latina.

Aunque no hablan una lengua como el ladino, derivada del castellano, los moriscos de Marruecos mantienen algunos apellidos de herencia hispánica, empezando por el propio Loubaris (de Olivares), Torres, Mulin (Molina) o Buono (Bueno), así como un estilo de vida que aún hoy es reconocible en la vestimenta, las tradiciones culinarias y la música.

Como los judíos sefardíes, algunos conservan incluso las llaves de las casas que sus antepasados ocuparon en Granada, Murcia, Almería, Denia o Gandía. Hoy en día constituyen cientos de familias en Tetuán, Rabat y Fez, ciudades donde se convirtieron pronto en la aristocracia urbana.

De acuerdo con el anteproyecto presentado por el ministro de Justicia español, Alberto Ruiz-Gallardón, la reforma del Código Civil permitirá acceder a la nacionalidad a «aquellos ciudadanos extranjeros sefardíes que prueben dicha condición y su especial vinculación con España, aun cuando no tengan residencia legal en el país, cualquiera que sea su ideología, religión o creencias».

La reforma les permitirá pedir la nacionalidad española sin que pierdan la suya de origen, lo cual parece difícil para los moriscos de origen marroquí, ya que no hay convenio de doble nacionalidad con Marruecos.

Loubaris agregó que la exigencia de la nacionalidad no aparece como prioridad máxima de su asociación, pero reconoce que algunos de sus miembros llegaron a mandar una carta al rey Juan Carlos para solicitar su derecho a ser españoles.

«En realidad - dijo - se trata más bien de un reconocimiento de la memoria histórica».



Publicado el 18/02/2014 en ISRAEL EN LINEA.
http://www.israelenlinea.com/internacional/noticias-internacionales/medio-oriente/9848-


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