domingo, 2 de febrero de 2014

MITOS Y REALIDADES. #107. Los refugiados.

MITO:
«Israel rehusó permitir que los palestinos regresaran a sus hogares para que los judíos pudieran robarles sus propiedades».

REALIDAD:

Israel no podía simplemente dejar que todos los palestinos regresaran, pero invariablemente buscó una solución al problema de los refugiados. La posición de Israel fue claramente expresada por David Ben-Gurión (1 de agosto de 1948):

Cuando los estados árabes estén dispuestos a concluir un tratado de paz con Israel, a esta cuestión se le buscará una solución constructiva como parte del acuerdo general, y con la debida consideración a nuestras contrademandas respecto a la destrucción de vida y propiedades judías, el interés a largo plazo de las poblaciones judías y árabes, la estabilidad del Estado de Israel y la durabilidad de las bases de la paz entre él y sus vecinos, la posición real y el destino de las comunidades judías en los países árabes, las responsabilidades de los gobiernos árabes por su guerra de agresión y sus obligaciones en la reparación, todo ello será pertinente en la interrogante de si, en qué medida y bajo qué condiciones, a los antiguos residentes árabes del territorio de Israel debe permitírseles volver.

El gobierno israelí no fue indiferente a la situación de los refugiados, y se aprobó una ordenanza creando un Custodio de la Propiedad Abandonada «para evitar la ocupación ilícita de casas vacías y de locales comerciales, para administrar las propiedades sin dueño, y también para garantizar las labores de los campos abandonados y salvar las cosechas…».

El peligro implícito de la repatriación no le impidió a Israel permitir el regreso de algunos refugiados y ofrecerse a recibir un número substancial de ellos como condición para la firma de un tratado de paz. En 1949, Israel ofreció permitir el regreso de las familias que se habían separado durante la guerra, descongelar las cuentas de los refugiados en los bancos israelíes (descongeladas finalmente en 1953), pagar compensación por las tierras abandonadas y repatriar a 100.000 refugiados.

Los árabes rechazaron todos los arreglos con Israel. No estaban dispuestos a tomar ninguna medida que pudiera interpretarse como un reconocimiento de Israel. Pusieron la repatriación como una condición previa para las negociaciones, algo que Israel rechazó. El resultado fue el confinamiento de los refugiados en los campamentos.

Pese a la posición tomada por los estados árabes, Israel sí descongeló las cuentas bancarias de los refugiados árabes, que ascendían a más de $10 millones, pagó miles de compensaciones en efectivo y concedió centenares de hectáreas como posesiones alternativas.


     Fuente:
     Extracto del libro Mitos y Realidades de la Jewish Virtual Library.


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