sábado, 7 de junio de 2014

MITOS Y REALIDADES. #143. Las sublevaciones palestinas.

MITO:
«El brote de violencia a fines del 2000, llamado por los árabes la “intifada de al-Aksa”, fue provocado por la visita de Ariel Sharón al Monte del Templo».


REALIDAD:

Si se les va a creer a los portavoces palestinos, la violencia fue causada por la profanación de un santuario musulmán —Haram al-Sharif (el Monte del Templo)— por el líder del partido Likud Ariel Sharón y los «miles de soldados israelíes» que lo acompañaban. La violencia fue llevada a cabo gracias a ataques gratuitos de las fuerzas israelíes que invadieron los territorios controlados por palestinos y «masacraron» a indefensos civiles palestinos, que meramente arrojaban piedras en defensa propia. El único medio de detener la violencia, pues, era que Israel hiciera un cese al fuego y sacara sus tropas de las áreas palestinas.

La verdad es completamente diferente.

Imad Faluji, el ministro de comunicaciones de la Autoridad Palestina, reconoció meses después de la visita de Sharón que la violencia había sido planeada en julio, mucho antes de la «provocación» de Sharón. [El levantamiento] había sido planeado desde que el presidente Arafat regresara de Camp David, cuando él volcó las mesas del ex presidente de EE.UU. y rechazó las condiciones norteamericanas».



«La visita de Sharón no causó la “Intifada de al-Aksa”» 
-Conclusión del Informe Mitchell-

La violencia comenzó antes de la visita de Sharón al Monte del Templo el 28 de septiembre del 2000. El día antes, por ejemplo, un soldado israelí fue muerto en el entronque de Netzarim. Al día siguiente en la ciudad Cisjordana de Kalkilya, un agente de policía palestino que trabajaba con un policía israelí en una patrulla conjunta, abrió fuego y mató a su colega israelí.


Los medios de difusión oficiales de la Autoridad Palestina exhortaron a los palestinos a la violencia. El 29 de septiembre, la Voz de Palestina, la estación de radio oficial de la ATP, hizo llamados «a todos los palestinos a venir y defender la mezquita de al-Aksa». La ATP cerró sus escuelas y llevó en autobuses a los estudiantes palestinos hasta el Monte del Templo para participar en motines organizados.

Inmediatamente antes del Rosh Hashanah (30 de septiembre), el año nuevo judío, cuando centenares de israelíes adoraban en el Muro Occidental, miles de árabes comenzaron a lanzar ladrillos y piedras a la policía israelí y a los judíos que participaban en el culto. Los motines se extendieron entonces a pueblos y aldeas a través de todo Israel, la Cisjordania y la Franja de Gaza.

El ministro de seguridad interna Shlomo Ben-Ami le permitió a Sharón ir al Monte del Templo —el lugar más santo del judaísmo— sólo después de llamar al jefe de seguridad palestino Jabril Rajoub y que éste le garantizara que no surgirían problemas si Sharón no entraba en las mezquitas. La necesidad de proteger a Sharón surgió cuando Rajoub dijo después que la policía palestina no haría nada para evitar la violencia durante la visita.
   Shlomo Ben-Ami

«No es un error que el Corán nos advierta del odio de los judíos y encabece con ellos la lista de los enemigos del Islam. En la actualidad, los judíos reclutan al mundo contra los musulmanes y usan toda clase de armas. Profanan el lugar más caro para los musulmanes después de la Meca y la Medina, y amenazan el lugar hacia el que los musulmanes miraban al principio al orar y la tercera ciudad más santa después de la Meca y Medina.
Quieren levantar su templo en ese lugar… «¡Los musulmanes están prestos a sacrificar sus vidas y su sangre para proteger la naturaleza islámica de Jerusalén y de al-Aksa!».


Fragmento del sermón del jeque Hian Al-Adrisi en la mezquita de 
al-Aksa (29 de septiembre de 2000).


Sharón no intentó entrar en ninguna de las mezquitas y su visita de 34 minutos al Monte del Templo fue llevada a cabo durante horas normales cuando el área está abierta a los turistas. Jóvenes palestinos —que llegaron a ascender a unos 1,500— gritaron consignas en un intento de inflamar la situación. Unos 1.500 policías israelíes estuvieron presentes en el lugar para evitar la violencia.

Durante la visita de Sharón hubo algunos disturbios, limitándose la mayoría al lanzamiento de piedras. Durante el resto del día, las pedreas continuaron en el Monte del Templo y en la vecindad, con un saldo de 28 policías israelíes lesionados, tres de los cuales tuvieron que ser hospitalizados.
No se reportaron palestinos lesionados ese día.


La verdadera profanación de lugares sagrados fue perpetrada por los palestinos, no por los israelíes. En octubre del 2000, las turbas palestinas destruyeron el santuario judío en Nablús —la tumba de José— destrozando y quemando libros de oración judíos. Apedrearon a los fieles en el Muro Occidental, y atacaron la Tumba de Raquel en Belén con bombas incendiarias y armas automáticas.

Las fuerzas de seguridad israelíes no comenzaron ninguno de los ataques violentos, lo que hicieron, en todos los casos, fue responder a la violencia palestina que fue mucho más allá del lanzamiento de piedras. Incluyó ataques masivos con armas automáticas y el linchamiento de soldados israelíes. La mayoría de los atacantes eran miembros del Tanzim —la propia milicia de Arafat.

Puesto que los palestinos fueron los que iniciaron todos los ataques siguiendo órdenes de Arafat, sólo Arafat tiene el poder de terminar la violencia.

Israel y Estados Unidos le han pedido en repetidas ocasiones que lo haga y que renueve el proceso de paz.

     Fuente:
     Extracto del libro Mitos y Realidades de la Jewish Virtual Library.


No hay comentarios:

Publicar un comentario