viernes, 27 de junio de 2014

MITOS Y REALIDADES. #157. Las sublevaciones palestinas.

MITO:
«Israel asesina indiscriminadamente a terroristas y a civiles palestinos».
 


REALIDAD:

Siempre es una tragedia cuando mueren civiles inocentes en una operación contraterrorista. Sin embargo, los civiles no se arriesgarían si la Autoridad Palestina arrestara a los terroristas, los asesinos no eligieran esconderse entre los no combatientes y los civiles rehusaran proteger a los asesinos.

Israel no ataca las áreas palestinas indiscriminadamente. Por el contrario, las FDI se cuidan mucho de elegir como blanco a personas que están planeando ataques terroristas contra civiles israelíes. Las fuerzas israelíes tienen un historial de precisión en tales asaltos, no obstante, a veces se cometen errores. Mientras los terroristas no se excusan por atacar a civiles, y los agreden deliberadamente, Israel siempre investiga las razones de cualesquiera errores y toma medidas para evitar que vuelvan a ocurrir.
 


Israel no es el único que emplea fuerza militar contra los terroristas ni el único que a veces, sin querer, agrede a personas que no constituyen blancos. Por ejemplo, el mismo día que los funcionarios norteamericanos condenaban a Israel por el número de civiles que murieron cuando Israel asesinó al líder del ala militar de Hamás, los informes de prensa revelaban que Estados Unidos, en una operación dirigida contra un líder talibán, había bombardeado por error una aldea en Afganistán en la cual resultaron muertos 48 civiles afganos que celebraban una boda. En ambos casos, un error de los servicios de inteligencia tuvo que ver con los trágicos acontecimientos.

«En Gaza la semana pasada, multitudes de niños parrandeaban y cantaban mientras los adultos los bañaban de caramelos. La causa de la celebración: el asesinato a sangre fría de por lo menos siete personas —cinco de ellos norteamericanos— y la mutilación de 80 más por una bomba terrorista en el recinto de la Universidad Hebrea de Jerusalén».
Michael Oren, intelectual israel.


     Fuente:
     Extracto del libro Mitos y Realidades de la Jewish Virtual Library.


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