MITO:
«La práctica de Israel de asesinar terroristas palestinos es inmoral y contraproducente».
REALIDAD:
Israel se enfrenta a una situación casi imposible al intentar proteger a su población civil de palestinos que están dispuestos a volarse ellos mismos para asesinar a inocentes judíos. Una estrategia para tratar con el problema ha sido el proceso de paz. Desde 1993, Israel cree que la negociación es el camino para llegar a alcanzar la paz con los palestinos, pero después de que Israel devolvió gran parte de Cisjordania y la Franja de Gaza, y ofreció virtualmente todo lo que quedaba, los palestinos rechazaron sus concesiones y eligieron usar la violencia para intentar obligar a Israel a capitular ante todas sus demandas.
Una segunda estrategia para Israel es «ejercer la contención», es decir, no responder a la violencia palestina. La comunidad internacional alaba a Israel cuando simplemente pone la otra mejilla luego de una agresión infame. Si bien esta contención podría ganarle alabanzas de los líderes del mundo, no hace nada para atenuar el dolor de las víctimas o para evitar futuros ataques.
Además, las mismas naciones que instan a Israel a que se refrene, a menudo han reaccionado con violencia en situaciones semejantes. Por ejemplo, los británicos asesinaron nazis después de la segunda guerra mundial y eliminaron a terroristas del IRA en Irlanda del Norte. Y, a raíz del artero ataque terrorista al Centro Mundial del Comercio y el Pentágono, se supo que el gobierno de Clinton había intentado asesinar al terrorista saudita Osama bin Laden en 1998, en represalia por su papel en los atentados de las embajadas norteamericanas de Tanzania y de Kenia. El gobierno de George W. Bush ha dicho que no dudaría en matar a bin Laden.
«Si se detecta a una organización que ha planeado o está planeando algún tipo de ataque terrorista suicida, por ejemplo, y [los israelíes] tienen la prueba indudable de quiénes son y dónde se encuentran, creo que hay alguna justificación en que traten de protegerse mediante la prevención»
Dick Cheney, vicepresidente de EE.UU.
En abril de 1986, después de que Estados Unidos se convenció de que Libia había dirigido el atentado terrorista a una discoteca de Berlín Occidental que mató a un norteamericano y lesionó a otros 200, lanzó un ataque sobre una serie de objetivos libios, incluida la casa del presidente Muammar Qaddafi.
Esto fue considerado como un intento de asesinato. Qaddafi escapó, pero su hija bebita resultó muerta y dos de sus otros hijos fueron heridos. Además, un misil perdió el rumbo y causó bajas en un barrio de civiles.
Reagan justificó la acción como defensa propia contra el terrorismo auspiciado por Libia. «Como cuestión de defensa propia, cualquier nación que resulte víctima del terrorismo tiene el derecho inherente de responder con la fuerza para evitar nuevos actos de terror. Creí que debíamos mostrarle a Qaddafi que había un precio que él tenía que pagar por ese tipo de conducta y que no se la pasaríamos por alto».
Israel ha elegido una tercera opción: eliminar a los cabecillas de los ataques terroristas. Es una política que ha causado una gran polémica en Israel, pero que es respaldada por una vasta mayoría del público (70 por ciento en una encuesta de Ha’aretz de agosto del 2001). Esta política también es apoyada por el público norteamericano, según una encuesta de la América Middle East Information Network de agosto del 2001. La encuesta arrojó que el 73 por ciento de los que respondieron a ella creían que Israel estaba justificado en matar terroristas, si tenía pruebas de que estaban planeando atentados u otros ataques que pudieran matar a israelíes.
El general Moshé Ya’alón, segundo jefe del Estado Mayor Conjunto, explicó este plan de acción de la manera siguiente: No se trata de ejecuciones sin proceso. No se trata de una venganza contra alguien que llevó a cabo un ataque hace un mes.
Estamos actuando contra los que están librando una guerra de terror contra nosotros. Preferimos arrestarlos y hemos detenido más de 1.000. Pero si no podemos y los palestinos no quieren, entonces no nos queda otra opción que defendernos.
El gobierno israelí también pasó por un proceso legal antes de adoptar el plan de acción de eliminaciones preventivas. El secretario de justicia de Israel revisó este sistema y determinó que es legal conforme al derecho israelí e internacional.
La eliminación preventiva de los terroristas aporta varios beneficios. En primer lugar, le pone un precio al terror: los israelíes no pueden seguir siendo atacados con impunidad, porque los terroristas saben que si ellos deciden eliminar a otros, se convierten ellos mismos en objetivos a ser eliminados. Segundo, es un método de defensa propia: los ataques preventivos eliminan a personas que de otro modo asesinarían a judíos. Si bien es verdad que hay otros que tomarán su lugar, sólo pueden hacerlo a sabiendas de que también se convertirán en blancos. Tercero, desequilibra a los terroristas. Los extremistas ya no pueden planear tranquilamente una operación; más bien deben mantenerse en movimiento, mirando constantemente por encima del hombro, y les costará un esfuerzo mucho mayor cumplir con sus metas.
«Creo que cuando eres atacado por un terrorista y sabes quién es el terrorista y puedes detectar la causa del terror, debes responder».
Esto fue considerado como un intento de asesinato. Qaddafi escapó, pero su hija bebita resultó muerta y dos de sus otros hijos fueron heridos. Además, un misil perdió el rumbo y causó bajas en un barrio de civiles.
Reagan justificó la acción como defensa propia contra el terrorismo auspiciado por Libia. «Como cuestión de defensa propia, cualquier nación que resulte víctima del terrorismo tiene el derecho inherente de responder con la fuerza para evitar nuevos actos de terror. Creí que debíamos mostrarle a Qaddafi que había un precio que él tenía que pagar por ese tipo de conducta y que no se la pasaríamos por alto».
Israel ha elegido una tercera opción: eliminar a los cabecillas de los ataques terroristas. Es una política que ha causado una gran polémica en Israel, pero que es respaldada por una vasta mayoría del público (70 por ciento en una encuesta de Ha’aretz de agosto del 2001). Esta política también es apoyada por el público norteamericano, según una encuesta de la América Middle East Information Network de agosto del 2001. La encuesta arrojó que el 73 por ciento de los que respondieron a ella creían que Israel estaba justificado en matar terroristas, si tenía pruebas de que estaban planeando atentados u otros ataques que pudieran matar a israelíes.
El general Moshé Ya’alón, segundo jefe del Estado Mayor Conjunto, explicó este plan de acción de la manera siguiente: No se trata de ejecuciones sin proceso. No se trata de una venganza contra alguien que llevó a cabo un ataque hace un mes.
Estamos actuando contra los que están librando una guerra de terror contra nosotros. Preferimos arrestarlos y hemos detenido más de 1.000. Pero si no podemos y los palestinos no quieren, entonces no nos queda otra opción que defendernos.
El gobierno israelí también pasó por un proceso legal antes de adoptar el plan de acción de eliminaciones preventivas. El secretario de justicia de Israel revisó este sistema y determinó que es legal conforme al derecho israelí e internacional.
La eliminación preventiva de los terroristas aporta varios beneficios. En primer lugar, le pone un precio al terror: los israelíes no pueden seguir siendo atacados con impunidad, porque los terroristas saben que si ellos deciden eliminar a otros, se convierten ellos mismos en objetivos a ser eliminados. Segundo, es un método de defensa propia: los ataques preventivos eliminan a personas que de otro modo asesinarían a judíos. Si bien es verdad que hay otros que tomarán su lugar, sólo pueden hacerlo a sabiendas de que también se convertirán en blancos. Tercero, desequilibra a los terroristas. Los extremistas ya no pueden planear tranquilamente una operación; más bien deben mantenerse en movimiento, mirando constantemente por encima del hombro, y les costará un esfuerzo mucho mayor cumplir con sus metas.
«Creo que cuando eres atacado por un terrorista y sabes quién es el terrorista y puedes detectar la causa del terror, debes responder».
Colin Powell, Secretario de Estado de EE.UU.
Por supuesto, esta política también tiene costos. Además de la condena internacional, Israel se arriesga a revelar el nombre de confidentes que con frecuencia brindan información necesaria para hallar a los terroristas. En ocasiones, los soldados también deben participar en operaciones muy riesgosas que, ocasionalmente, causan trágicos daños colaterales a la propiedad y las personas.
La crítica más común de la «eliminación preventiva» es que no hace ningún bien porque perpetúa un ciclo de violencia de la cual los terroristas buscarán venganza. Esto es probablemente el argumento menos convincente contra este plan de acción, porque la gente que se vuela para convertirse en mártir siempre podría encontrar una justificación para sus acciones. Están determinados a hacer saltar a los judíos del Oriente Medio y no se detendrán hasta lograr su meta.
Fuente:
Extracto del libro Mitos y Realidades de la Jewish Virtual Library.
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