miércoles, 25 de junio de 2014

Proyecto sionista: dividir el mundo árabe y provocar el éxodo de los cristianos.

Los fundadores de muchos medios de prensa árabe en Egipto, como Al Ahram, Dar al Hilal, Al Muqtataf y la mayor parte de las publicaciones culturales y científicas fueron todos cristianos libaneses, que eran llamados Al Shauwan (los sirios o levantinos) por los egipcios.

Estos pensadores cristianos árabes fueron los primeros en dar la alerta sobre el peligro del sionismo. Ellos denunciaron la creación de una entidad israelí en Palestina como una implantación colonialista apoyada por Occidente. Israel no cesó en efecto de sembrar el terror entre las poblaciones del Oriente Árabe con el fin de hacer que cada habitante árabe viera a su vecino como un enemigo y disolver la identidad unitaria árabe en un mar de especificidades religiosas o étnicas.

Tras los acuerdos de Sykes-Picot, que abrieron el camino a la Declaración Balfour, Francia y el Reino Unido llevaron a cabo una división del Mashreq (Oriente Medio) árabe y crearon nuevas entidades políticas, todas frágiles e incapaces de preservar su independencia pero útiles para abrir la vía a la implantación de la entidad sionista en la tierra de Palestina a la sombra de la impotencia árabe.

El enemigo israelí llevó a cabo posteriormente guerras abiertas con el apoyo de EEUU contra estos nuevos países árabes vulnerables, lo cual fue la consecuencia inevitable de aquella división y desintegración.

La religión judía fue utilizada en la creación de Israel, pero esto sólo servía para encubrir el proyecto de una colonización del Oriente Medio árabe apadrinada por los estados occidentales, que continuaron apoyando a Israel para que se convirtiera en su gendarme en la zona y mantuviera una hegemonía militar completa sobre sus vecinos árabes.

Este plan, que no ha cambiado desde la creación de la entidad sionista, continúa poniendo en riesgo en la actualidad a los estados árabes, que sufren el riesgo ahora de un nuevo proceso de desintegración por medio de guerras civiles o graves crisis políticas. Todos estos factores buscan consolidar a Israel, debilitar al mundo árabe, incapacitarlo para resistir la presión del enemigo y reducirlo a entidades aún más pequeñas, enfrentadas entre sí y basadas en criterios religiosos o étnicos.

El otro objetivo es terminar con la existencia del cristianismo en Oriente Medio, que siempre se opuso al sionismo y que podía generar simpatías en los países occidentales. Éste es un proyecto sionista incluso si los autores son grupos extremistas musulmanes, que están manipulados y financiados por los enemigos del Islam y del arabismo. Este proyecto sionista está apoyado por ciertos países occidentales que buscan apoderarse de las riquezas de esta zona del mundo y sus recursos.



05/06/2014 en AL-MANAR.
http://www.almanar.com.lb/spanish/adetails.php?fromval=2&cid=30&frid=23&seccatid=30&eid=63512

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