MITO:
«Israel expulsó a pacíficos aldeanos árabes de la Cisjordania y les impidió regresar después de la guerra».
REALIDAD:
REALIDAD:
Después de que Jordania lanzó su ataque el 5 de junio, unos 325.000 palestinos que vivían en la Cisjordania huyeron. Estos eran ciudadanos jordanos que se mudaron de una parte de lo que consideraban su país a otra, fundamentalmente para evitar el verse atrapados entre dos fuegos.
Un refugiado palestino, que era administrador de un campamento de la UNRWA en Jericó, dijo que los políticos árabes habían propagado rumores en el campamento. «Dijeron que todos los jóvenes serían asesinados. La gente oyó por la radio que esto no era el fin, sólo el comienzo, de manera que pensaron que tal vez sería una guerra larga y querían estar en Jordania».
Algunos palestinos que se quedaron preferían vivir en un Estado árabe más bien que bajo el gobierno militar israelí. Los miembros de varias facciones de la OLP huyeron para evitar ser capturados por los israelíes. Nils-Górang Gussing, la persona nombrada por el Secretario General de NACIONES UNIDAS para investigar la situación, encontró que muchos árabes también temían que no podrían seguir recibiendo dinero de los miembros de la familia que trabajaban en el exterior.
Las fuerzas israelíes les ordenaron a un puñado de palestinos que se mudaran por «razones estratégicas y de seguridad». En algunos casos, les permitieron regresar en unos pocos días, en otros Israel les ofreció ayuda para que se reasentaran en alguna otra parte.
Israel gobernaba entonces a más de tres cuartos de millón de palestinos —la mayoría de los cuales eran hostiles al gobierno. Sin embargo, más de 9.000 familias palestinas fueron reunificadas en 1967. Finalmente, a más de 60.000 palestinos se les permitió regresar.
Fuente:
Extracto del libro Mitos y Realidades de la Jewish Virtual Library.
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