El Ministerio de Agricultura del Líbano negó reportes de la prensa local que denunciaban que tomates israelíes en el mercado libanés estaban provocando daños y enfermedades a los habitantes del país del Cedro, según un informe publicado por el periódico The Daily Star.
El rotativo libanés cita al Ministerio desmintiendo los informes de la prensa local que señalaban que los tomates israelíes estaban provocando vómitos y fatigas, y que habían sido inyectados con células cancerosas.
"No han ingresado embarques de tomates importados al mercado libanés desde hace un mes y solamente se está consumiendo la producción local", declaró la cartera de agricultura.
"Las noticias sobre la presencia de tomates israelíes en el Líbano es incorrecta", añadió.
Los diarios egipcios difundieron informes similares, lo que obligó al gobierno egipcio a lanzar una investigación para revisar si los tomates israelíes contienen solanina, un tóxico que provoca daños al hígado, de acuerdo con el rotativo cairota Al Ahram.
Los tomates libaneses parecen estar en sintonía con la ridícula historia del Polonio de Arafat, que cautivó a la prensa occidental.
El control del boicot impuesto por Liga Árabe contra Israel, desde su surgimiento en 1948, es supervisado por la Oficina Central del Boicot, que tiene su sede en Damasco; pero su implementación varía en los diversos países del mundo árabe.
Según Yitzhak Gal, del Centro Moshe Dayan para Estudios de Oriente Medio y África de la Universidad de Tel Aviv, las exportaciones israelíes en el Cercano Oriente superaron, en 2011, los seis mil millones de dólares, lo que representa cerca del trece por ciento de total de las exportaciones israelíes.
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