domingo, 24 de noviembre de 2013

Israel critica el acuerdo con Irán por considerarlo un error histórico.

* Netanyahu dice que no se siente obligado a cumplir ese pacto.
* Varios de sus ministros aseguran que las opciones siguen sobre la mesa.
* Irán acepta congelar su plan atómico a cambio de alivio en las sanciones.


Benjamín Netanyahu ha fracasado en su intento de evitar que Estados Unidos y el resto de potencias mundiales firmen un acuerdo provisional con Irán para que reduzca su enriquecimiento de uranio a cambio de un alivio de las sanciones económicas internacionales. Israel ha quedado aislado de sus aliados tradicionales, arrinconado como único país que se atreve a criticar con dureza lo que Netanyahu ha tildado este domingo “no de acuerdo histórico, sino de error histórico”. Irán podrá seguir enriqueciendo uranio, hasta el 5%, e Israel mantiene su cálculo estratégico: con las instalaciones de las que dispone ahora, y que no deberá destruir, Teherán podría lograr una bomba atómica en cuestión de meses. “Israel no se siente obligado a cumplir este acuerdo”, ha añadido el primer ministro, recordando su afirmación de días pasados de que está dispuesto a defender a su país con los medios que considere adecuados.

El distanciamiento entre Netanyahu y la Casa Blanca alcanza nuevamente cotas máximas. Atrás quedan aquellos días de 2012 en que Netanyahu presionaba a Barack Obama para que aceptara unirse a un ataque preventivo a Irán, cuando el primer ministro israelí acudió a la Asamblea General de Naciones Unidas con un dibujo de una bomba a punto de explotar que empleó para advertir de que Teherán podría tardar sólo semanas o meses en tener un arma nuclear desde el momento en que decidiera hacerlo. La influencia de Netanyahu sobre este asunto ha resultado ser nimia. Y aunque Obama y el jefe de la diplomacia norteamericana, John Kerry, han internado calmar los ánimos en Israel, asegurando que no permitirán nunca que Irán tenga una bomba nuclear, el primer ministro ha puesto énfasis este domingo en que “Israel tiene el derecho y la obligación de defenderse, solo, ante cualquier amenaza”.

“Hoy el mundo es un lugar mucho más peligroso porque el régimen más peligroso del mundo ha dado un paso importante hacia la consecución del arma más peligrosa del mundo”, dijo Netanyahu al inicio de su consejo de ministros. “Por vez primera, las potencias mundiales han aceptado que Irán enriquezca uranio ignorando las decisiones del Consejo de Seguridad de la ONU que ellos mismos han liderado. Las sanciones que han tardado años en tener efecto son la mejor oportunidad de llegar a una solución pacífica. Han renunciado a esas sanciones a cambio de unas concesiones superficiales por parte de Irán que pueden anularse en cuestión de semanas. Este acuerdo y lo que significa ponen en peligro a muchos países, incluido, desde luego, Israel”.

No hay casi fisuras en el espectro político israelí. Los líderes en el gobierno y la oposición creen que un Irán que no destruirá sus reactores y podrá seguir enriqueciendo uranio aunque sea a bajos niveles supone una amenaza existencial para su país. “Esto nos deja en una nueva realidad, a nosotros y a los saudíes”, ha dicho en la radio pública el ministro de Exteriores Avigdor Lieberman. “El Estado de Israel va a tener que efectuar una revaluación de la situación. Necesitamos una revaluación. Por lo visto, vamos a tener que tomar nuestras propias decisiones, cuando todas las opciones estén sobre la mesa”, añadió. Varios altos funcionarios de Israel han dicho en pasadas semanas que han mantenido contactos indirectos con sus homólogos en Arabia Saudí, que también se oponen, de forma más discreta, al acuerdo firmado en la madrugada de este domingo, a pesar de que ambos países no tienen relaciones diplomáticas.

“Si en cinco o seis años una maleta nuclear explota en Nueva York o Madrid, será por el acuerdo que se firmó esta mañana”, dijo este domingo el ministro de Economía y Asuntos Religiosos Naftalí Bennett. “Este mal acuerdo le da a Irán exactamente lo que quería: una reducción de las sanciones y la posibilidad de mantener las partes más importantes de su programa nuclear. Hay mucho trabajo por delante, y vamos a seguir sopesando todas las posibilidades. Pero es importante que el mundo sepa que Israel no se ve obligado a cumplir un acuerdo que amenaza su misma existencia”.

Sólo el presidente de la nación, Simón Peres, marcó un tono más conciliador con la Casa Blanca. En un comunicado, recordó que “el éxito o fracaso de acuerdo se medirán por sus resultados, no por las palabras”. “Israel, como el resto de la comunidad internacional, prefiere una solución diplomática”, añadió. En 2012, cuando Netanyahu buscaba formar una coalición con Estados Unidos para atacar a Irán antes de que lograra la capacidad de disponer de armas nucleares, Peres se distanció de él y se convirtió en su principal y casi única fuente de oposición interna.

La inteligencia occidental estima que Israel posee armas nucleares desde finales de los años 60. Según sus líderes, a Irán no se le debe permitir disponer de ellas por cuestiones de ideología. “Los líderes iraníes han llamado repetidamente a la destrucción de Israel. Está en su ideología. No queremos ver un nuevo holocausto”, dijo recientemente a este diario un alto funcionario israelí bajo condición de anonimato.

Según varias estimaciones en Israel, Teherán podría revertir sin problemas la ralentización de su programa de enriquecimiento de uranio y llegar a poder hacer pruebas con armas nucleares en cuestión de meses. “Desde el momento en que el régimen iraní decida buscar armas nucleares, podrá tardar entre cuatro y seis meses en producir un artefacto explosivo nuclear y tal vez efectuar una explosión nuclear de prueba”, asegura Efraim Asculai, experto en Irán del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de Israel, que en el pasado trabajó para el Organismo Internacional de la Energía Atómica. “Para producir un arma nuclear como tal, creo que tardaría algo más de tiempo”.


Publicado el 24/11/2013 en Jerusalén por David Alandete en EL PAÍS

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