domingo, 10 de noviembre de 2013

Israel aspira a convertirse en una potencia energética en Oriente Medio.

Las reservas de hidrocarburos podrían convertir a Israel en el principal exportador de gas natural y cambiar la situación geopolítica en Oriente Medio.


Tras la sentencia de la Corte Suprema de Israel, que legitimó la decisión unilateral (sin mediación del Knesset) del primer ministro Benjamin Netanyahu de exportar una cuota de 40% de la producción de gas natural, Israel se lanza a la conquista de los mercados energéticos. 

Se estima que las reservas de los yacimientos de hidrocarburos Tamar y Leviatán, ubicados cerca de Haifa, ascienden a más de 30 billones de pies cúbicos de gas natural, lo que, según el ministro de energía israelí, Silvan Shalom, le ahorraría al país unos 300 millones de dólares al mes, cifra que podría llegar a los mil millones de dólares. 

La explotación del campo Tamar con las reservas de unos 10 billones de pies cúbicos de gas, la encabeza el gigante energético estadounidense Noble Energy, en colaboración con el grupo israelí Delek. 

Ambas empresas planean diversificar las exportaciones de gas y entrar en los mercados de Turquía, Grecia, Cisjordania o incluso Egipto, que sufre escasez de hidrocarburos tras la inestabilidad política derivada de la "primavera árabe". 

"Para Israel y los países vecinos este es un juego en el que todos ganan", señala Yossi Abu, jefe ejecutivo de la empresa Delek, en una entrevista con 'Financial Times'. 

Las reservas de Israel podrían ser menos impresionantes en comparación con otros países exportadores de gas a nivel mundial, pero la combinación de dos factores importantes –el volumen de los yacimientos y su proximidad al mayor consumidor de recursos energéticos, es decir, a Europa– convierten al estado judío en un jugador importante del sector, según Tyler Crowe, colaborador de la empresa 'The Motley Fool'. 

Asimismo, Israel también puede invertir en la construcción de terminales de gas natural líquido (GNL), lo que le abriría a Tel Aviv las puertas de mercados tan lejanos como el de Asia y podría afectar a las posiciones de los principales actores del sector como Qatar, EE.UU. y Australia. 

En este contexto, el desarrollo de la red de gasoductos israelíes, así como la exploración de campos petroleros como Meged 5 podría, de una parte, mejorar las relaciones políticas y económicas con países dependientes de hidrocarburos de la región, como Turquía y, de otra, convertirse en otro factor de desestabilización en Oriente Medio. 


Texto completo en RT Actualidad.


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