MITO:
«Israel no puede pretender que su invasión de Líbano en 1982, lanzada contra una OLP mal equipada, fue una guerra defensiva».
REALIDAD:
En junio de 1982, cuando las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) entraron en Líbano, la OLP había hecho intolerable la vida en el norte de Israel, por sus repetidos cañoneos de los pueblos israelíes.
Una fuerza de entre 15.000 y 18.000 miembros de la OLP acampaba en veintenas de localidades de Líbano. Entre 5.000 y 6.000 eran mercenarios extranjeros, que procedían de paises como Libia, Irak, India, Sri Lanka, Chad y Mozambique. Israel descubriría las suficientes armas ligeras y otros armamentos en Líbano para equipar cinco brigadas. La OLP tenía un arsenal que incluía morteros, proyectiles de katyusha y una costosa red antiaérea. La OLP también había traído centenares de tanques T-34 al área . Siria, que le permitió al Líbano que se convirtiera en un asilo de la OLP y de otros grupos terroristas, llevó misiles tierra a aire a ese país, creando así otro peligro para Israel.
Los ataques y las incursiones de comando israelíes habían sido incapaces de frenar el desarrollo de este ejército de la OLP. Israel no estaba preparado para esperar que más ataques letales fuesen lanzados contra su población civil antes de actuar contra los terroristas.
Extracto del libro Mitos y Realidades de la Jewish Virtual Library.
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