Estados Unidos reanudó junto con sus aliados árabes los ataques aéreos contra posiciones del autodenominado Estado Islámico (EI) en Siria, esta vez dirigidos a las instalaciones petrolíferas controladas por los jihadistas.
El Mando Central, encargado de las operaciones militares estadounidenses en Oriente Medio, explicó que se realizaron trece ataques aéreos con cazas y aviones no tripulados contra doce refinerías bajo control del Estado Islámico en "zonas remotas" en el este de Siria.
En la madrugada del lunes, EE.UU. y cuatro aliados árabes (Arabia Saudita, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos y Jordania), con el apoyo logístico de Qatar, atacaron desde el aire varios fortines del Estado Islámico dentro de Siria.
El portavoz del Pentágono, el contraalmirante John Kirby, destacó que, en esta ocasión, los ataques aéreos contaron con un mayor número de aviones de aliados árabes que de estadounidenses, en concreto de Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita.
El Mando Central especificó que los bombardeos, que se prolongaron durante unas dos horas, se produjeron en las cercanías de las localidades de Al Mayadín, Al Hasakah, Abu Kamal y Deir al Zur.
"Aún estamos evaluando la efectividad de los ataques en las refinerías, pero las indicaciones iniciales apuntan a que fueron exitosos", detalló el Mando Central.
Las refinerías petroleras están siendo utilizadas por los islamistas suníes
del Estado Islámico para obtener más de dos millones de dólares diarios en ingresos con la venta de hasta medio millar de barriles al día, según la inteligencia estadounidense, aunque algunos expertos creen que el monto podría ser mayor.
Estados Unidos ha estado lanzando gran parte de los ataques desde el portaaviones George W. Bush en el Golfo Pérsico; desde el crucero USS Philippine Sea, parte del grupo de ataque del portaaviones, y desde el destructor USS Arleigh Burke en el Mar Rojo.
Además, Estados Unidos está sobrevolando Siria con aviones tripulados y drones para recopilar inteligencia y marcar objetivos.
Estados Unidos comenzó a liderar una ofensiva contra los bastiones del Estado Islámico en Siria, donde la organización suní ha florecido, gracias a la guerra civil, hasta controlar vastas zonas del centro y este sirio, entre ellas centrales energéticas y pozos petrolíferos.
Las Fuerzas Armadas estadounidenses y sus aliados árabes realizaron otra ronda de ataques en la frontera siria-iraquí y en Irak, donde los bombardeos contra el Estado Islámico llevan en marcha desde comienzos de agosto, debido a que el país norteamericano es aliado de la nación asiática.
El Estado Islámico aumentó significativamente sus ingresos, que antes provenían esencialmente de donaciones de organizaciones islamistas, vendiendo petróleo en el mercado negro, mediante la extorsión o la venta de piezas históricas. EFE
El Mando Central, encargado de las operaciones militares estadounidenses en Oriente Medio, explicó que se realizaron trece ataques aéreos con cazas y aviones no tripulados contra doce refinerías bajo control del Estado Islámico en "zonas remotas" en el este de Siria.
En la madrugada del lunes, EE.UU. y cuatro aliados árabes (Arabia Saudita, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos y Jordania), con el apoyo logístico de Qatar, atacaron desde el aire varios fortines del Estado Islámico dentro de Siria.
El portavoz del Pentágono, el contraalmirante John Kirby, destacó que, en esta ocasión, los ataques aéreos contaron con un mayor número de aviones de aliados árabes que de estadounidenses, en concreto de Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita.
El Mando Central especificó que los bombardeos, que se prolongaron durante unas dos horas, se produjeron en las cercanías de las localidades de Al Mayadín, Al Hasakah, Abu Kamal y Deir al Zur.
"Aún estamos evaluando la efectividad de los ataques en las refinerías, pero las indicaciones iniciales apuntan a que fueron exitosos", detalló el Mando Central.
Las refinerías petroleras están siendo utilizadas por los islamistas suníes
del Estado Islámico para obtener más de dos millones de dólares diarios en ingresos con la venta de hasta medio millar de barriles al día, según la inteligencia estadounidense, aunque algunos expertos creen que el monto podría ser mayor.
Estados Unidos ha estado lanzando gran parte de los ataques desde el portaaviones George W. Bush en el Golfo Pérsico; desde el crucero USS Philippine Sea, parte del grupo de ataque del portaaviones, y desde el destructor USS Arleigh Burke en el Mar Rojo.
Además, Estados Unidos está sobrevolando Siria con aviones tripulados y drones para recopilar inteligencia y marcar objetivos.
Estados Unidos comenzó a liderar una ofensiva contra los bastiones del Estado Islámico en Siria, donde la organización suní ha florecido, gracias a la guerra civil, hasta controlar vastas zonas del centro y este sirio, entre ellas centrales energéticas y pozos petrolíferos.
Las Fuerzas Armadas estadounidenses y sus aliados árabes realizaron otra ronda de ataques en la frontera siria-iraquí y en Irak, donde los bombardeos contra el Estado Islámico llevan en marcha desde comienzos de agosto, debido a que el país norteamericano es aliado de la nación asiática.
El Estado Islámico aumentó significativamente sus ingresos, que antes provenían esencialmente de donaciones de organizaciones islamistas, vendiendo petróleo en el mercado negro, mediante la extorsión o la venta de piezas históricas. EFE
25/09/2014 en AURORA DIGITAL.
http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Newsletter/60475/?utm_source=Noticias+diarias+Jueves-TEA&utm_medium=25-09-2014%202da%20edic
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