domingo, 14 de septiembre de 2014

El Odio a los Judios en España.

La comunidad hebrea en España está compuesta por apenas 28.000 ciudadanos, pero los prejuicios sobre ellos siguen presentes en la sociedad y son cada vez más dañinos frente a la crisis económica (seis millones de parados o desocupados)

Son pocos. Los Reyes Católicos los expulsaron de la Península hace más de quinientos años, hicieron tan bien la limpieza religiosa que hoy prácticamente no quedan. 


«Entonces representábamos el 10% de la población, así que hoy seríamos 4.700.000». Habla Martín Varsavsky, empresario español, de origen argentino, de las telecomunicaciones (su empresa es FON, dedicada a la potenciación de las redes wifi). Hoy en día la proporción de judíos es cien veces menor y representa poco más del 0,1% de la población española, (en Francia son 550.000, el 0,8%).

Su red social es muy pequeña y cerrada ante las amenazas de ataques y los recelos con los que se suelen encontrar. En España hay solo tres colegios judíos (Madrid, Barcelona y Melilla) en los que los niños aprenden la religión, la cultura y el idioma hebreo. El resto de las familias envían a sus hijos a escuelas dominicales controladas por la veintena de comunidades que se reparten por España.

Cuando en el siglo XV los sefardíes salieron del país, muchos de ellos llevaban la llave de su casa en las alforjas, pero muy pocos volvieron. La Segunda Guerra Mundial y la persecución nazi hicieron el resto. La comunidad actual está compuesta por algunos que volvieron a España en las últimas décadas provenientes sobre todo de Marruecos, Turquía y Latinoamérica, (Argentina, Chile y Venezuela). 


En España, como en cualquier parte del mundo, tienen más que presente el odio a dos bandas del que son objeto, un obstáculo para abrirse a la sociedad. De una parte, están los grupos neonazis; de la otra, el terrorismo islámico.

En esa incómoda trinchera, cualquier acto que lleve inscrito el apellido judío es susceptible de sufrir un ataque. La comunidad se mueve dentro de un búnker. Las reuniones para la elaboración de un reportaje como este han sido más que difíciles de concertar. 

Ni siquiera se permite tomar fotografías abiertamente de las fachadas de las sinagogas ni de otros centros. Son lugares de reunión y temen que la difusión de esas imágenes les haga más vulnerables. Cada acto de la agenda de las comunidades está protegido por agentes de la autoridad en labores de contravigilancia. Regularmente se revisan edificios, papeleras, matrículas.

En esta protección participa la Policía Nacional, pero la seguridad también corre a cargo de un cuerpo propio de españoles formados en las academias de Israel, probablemente el país más desarrollado en técnicas de defensa. Tratan así de reducir las posibilidades de que se repita un atentado como el de la AMIA en Argentina-

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El informe del Observatorio del Antisemitismo advierte de las razones de la antipatía a los hebreos. 

En el 17% de los casos, se debe al conflicto árabe-israelí, en un 29% no les caen bien por cuestiones de costumbres, religión o forma de ser y otro 17% les tiene manía y no sabe por qué.

«Al calor de la crisis ha aumentado el antisemitismo». Es la tesis de Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia. Según sus teorías, apoyadas por las encuestas, impera la creencia de que los judíos manejan la economía y los destinos del mundo desde la sombra y son «el mal que hay que extirpar», lo que supone un riesgo claro «de volver a los años 40».

«Viven en constante peligro», admite Ibarra, que señala la difusión de los mensajes de odio antisemita en la red. Google le da la razón. Si se introducen en el buscador los términos 'Judíos en España', la cuarta referencia, por encima incluso de la página de la comunidad judía, es la de una organización antisemita que trata a los judíos de «marranos» y señala a diversas personalidades. 


La tragedia de Toulouse es «la crónica de un suceso anunciado», sostiene Ibarra. «Desde hace varios años hay corrientes en Europa que están planteando directamente la práctica terrorista de naturaleza antisemita, racista o islamófoba y suelen ser impulsados incluso desde internet por personas o grupos de perfil neonazi». Solo en España, este tipo de 'sites' (páginas, blogs, perfiles) son más de mil.

Nacido en Argentina, Martín Varsavsky ha vivido en varios países del mundo y asegura que en ninguno de ellos judío ha significado un insulto. «En España sí. Significa avaro, agarrado». Según el empresario, padre de cinco hijos y no creyente, es muy improbable que un español se haya cruzado con un judío. «La primera confusión es creer que la religión es igual al pueblo.
Yo no creo en Dios pero sigo algunas tradiciones como el Año Nuevo Judío, el Yom Kippur». En su opinión, el hecho de que históricamente se hablara tan mal de ellos se mantiene hoy en día, al margen de la opinión contraria al problema israelí. «No todos los judíos somos israelíes ni estamos con lo que hace el país. Yo he estado allí cinco veces en toda mi vida. El antisemitismo contemporáneo es más de izquierdas y está posicionado contra Israel».

Varsavsky tampoco es ajeno a esa corriente que aprovecha la crisis para atizar a su pueblo acusando a los judíos de controlar las finanzas y el poder del mundo. «Ese tipo de idioteces son algo habitual y hay que verlas en el contexto del mar de prejuicios que es España. 


Las barbaridades sobre los judíos son comparables con las que se dicen en Madrid de Cataluña y en Cataluña de Madrid», admite. Pese a que su hijo sufrió una agresión en el colegio por parte de otro compañero admite que hasta el momento, la violencia es «más oral».

 
27/01/2013 en MUNDO WEB 2.1
http://mundoweb2-1.blogspot.com.es/2013/01/el-odio-los-judios-en-espana.html


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