MITO:
«Todos los refugiados palestinos tienen el derecho a regresar a sus hogares; esto es un requisito previo para un acuerdo final».
«Todos los refugiados palestinos tienen el derecho a regresar a sus hogares; esto es un requisito previo para un acuerdo final».
REALIDAD:
Después de la guerra de 1948, no había más de 650.000 (y probablemente muchos menos) de palestinos refugiados. En la actualidad, el número ha ascendido a 3,9 millones. ¿Tiene Israel alguna obligación de aceptar a todos esos? ¿Dónde habrían de vivir?
La actual población israelí es de 6 millones. Si a todos los palestinos se les permitiera regresar a Israel, la población sería de casi 10 millones, y más del 40 por ciento serían árabes. Dada la tasa de natalidad significativamente más alta de los árabes, los judíos pronto serían una minoría en su propio país, la misma situación que ellos lucharon por evitar en 1948, y que expresamente las NU rechazaron al decidir la partición de Palestina.
Israel ha procurado siempre encontrarle una solución al problema de los refugiados. David Ben Gurión muy al principio, el 1 de agosto de 1948, dijo que el problema de los refugiados sería parte del acuerdo general «cuando los estados árabes estuvieran dispuestos a concluir un tratado de paz».
Los árabes, sin embargo, han rechazado siempre todos las propuestas israelíes. Además, la mayoría de los palestinos vive ahora en la Palestina histórica, que es un área que incluye la Autoridad Palestina y Jordania. Cuando los palestinos hablan del derecho a regresar, sin embargo, no se refieren sólo a Palestina, sino a las casas precisas donde vivían antes de 1948. Estas casas o desaparecieron o están habitadas ahora por otros.
Hasta respetados líderes palestinos han comenzado a reconocer que es un error insistir en que millones de refugiados regresen a Israel. Sari Nusseibeh, por ejemplo, el representante palestino en Jerusalén, dijo que los refugiados deberían ser reasentados en un futuro Estado palestino, «no de un modo que socave la existencia del Estado de Israel como un Estado predominantemente judío. De lo contrario, ¿qué significa una solución de dos estados?
Sari Nusseibesh.
En el contexto de un acuerdo de paz, podría esperarse que Israel aceptara algunos refugiados, como dijera Ben Gurión que él haría hace más de 50 años. Si el Estado palestino llega a ser creado, y en el momento en que esto ocurra, a muchos de los refugiados debería permitírseles mudarse para allí, aunque es difícil imaginar cómo el territorio destinado a ese Estado podría acomodar a tanta gente, y el liderazgo palestino no ha expresado gran interés en absorber a toda esa gente.
«…Si hubiera un Estado palestino, ¿por qué querrían sus potenciales ciudadanos ser repatriados a otro Estado? Desde la perspectiva del establecimiento de una nación, carece de sentido. De hecho, los debates originales acerca de la repatriación tuvieron lugar en un tiempo en que no había esperanzas de un Estado palestino. Con la posibilidad de que ese Estado surja, los palestinos deben decidir si quieren verse a sí mismos como un estado legítimo o si es más importante para ellos conservar la situación, definida por ellos mismos, de refugiados oprimidos y apátridas. En verdad no pueden ser ambas cosas». Fredelle Spiegel
Paradójicamente, al tiempo que los negociadores de la ATP exigían el derecho de los refugiados a volver, miles de millares de palestinos están yéndose de Cisjordania y la Franja de Gaza. En la primera mitad del 2002, se calcula que unos 80.000 palestinos se fueron y otros 50.000 intentaron entrar en Jordania. Esta vez los palestinos no pueden repetir sus antiguas acusaciones de que están siendo expulsados. Estos palestinos están huyendo, como hizo la mayoría en 1947-48, porque no quieren estar en medio de un conflicto, y porque sus nexos con la tierra son tenues.
Los jordanos sólo han aceptado a regañadientes un puñado de estos nuevos «refugiados» y sólo después de un depósito de 1.000 dinares ($1.400) para asegurar que no se quedarán en el reino. «Tenemos un deber nacional con Jordania, primero, y con Palestina, en segundo lugar, de bloquear el tránsito gradual y de evitar que el Estado palestino se reasiente fuera de Palestina, específicamente en Jordania», escribió el columnista jordano Fahed Fanek.
Los jordanos sólo han aceptado a regañadientes un puñado de estos nuevos «refugiados» y sólo después de un depósito de 1.000 dinares ($1.400) para asegurar que no se quedarán en el reino. «Tenemos un deber nacional con Jordania, primero, y con Palestina, en segundo lugar, de bloquear el tránsito gradual y de evitar que el Estado palestino se reasiente fuera de Palestina, específicamente en Jordania», escribió el columnista jordano Fahed Fanek.
Extracto del libro Mitos y Realidades de la Jewish Virtual Library.
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