MITO:
«El Irgún puso una bomba en el hotel Rey David como parte de una campaña terrorista contra civiles».
REALIDAD:
El Hotel Rey David era la sede del comando militar británico y de la Sección de Investigación Criminal Británica. El Irgún lo escogió como objetivo, después de que las tropas británicas invadieran la Agenda Judía el 29 de junio de 1946 y confiscaran grandes cantidades de documentos. Casi al mismo tiempo, más de 2.500 judíos de toda Palestina estaban siendo arrestados. La información acerca de las operaciones de la Agenda Judía, que incluían actividades de inteligencia en países árabes, se guardaba en el hotel Rey David.
Una semana después, las noticias de la masacre de 40 judíos en un pogromo en Polonia les recordó a los judíos de Palestina como la política restrictiva de inmigración de Gran Bretaña había condenado a millares a muerte.
El líder del Irgún Menajem Begin afirmó su deseo de evitar bajas civiles y dijo que se hicieron tres Ilamadas telefónicas, una al hotel, otra al consulado francés y una tercera al Palestine Post, en las que se advertía que pronto serian detonados unos explosivos en el hotel Rey David.
Las Ilamadas se hicieron el 22 de junio de 1946. La Ilamada al hotel al parecer fue recibida e ignorada. Begin cita a un oficial británico que supuestamente rehusó evacuar el edificio, diciendo: no recibimos órdenes de los judíos».Como resultado, cuando las bombas explotaron, el saldo de bajas fue elevado: un total de 91 muertos y 45 heridos. Entre las bajas había 15 judíos. Pocas personas en el hotel propiamente dicho fueron lesionadas por la explosión.
En contraste con los ataques árabes contra los judíos, que fueron ampliamente celebrados por los lideres árabes como acciones heroicas, el Consejo Nacional Judío denunció el atentado al hotel Rey David.
Durante décadas los británicos negaron haber sido advertidos. Sin embargo, en 1979, un miembro del Parlamento británico presentó pruebas de que el Irgún había ciertamente hecho una advertencia. Él ofreció el testimonio de un funcionario británico que oyó a otros funcionarios en el bar del Hotel Rey David bromear acerca de una amenaza sionista a su cuartel general. El oficial que oyó la conversación inmediatamente dejó el hotel y sobrevivió.
Fuente:
Extracto del libro Mitos y Realidades de la Jewish Virtual Library.
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