sábado, 19 de octubre de 2013

MITOS Y REALIDADES. #23. La partición.

MITO:
«El plan de la partición les dio a los judíos la mayor parte de la tierra, y todas las áreas cultivables».

REALIDAD:
El plan de la partición tomó la apariencia de un tablero de ajedrez, en gran medida debido a que los pueblos y aldeas judías estaban dispersos por toda Palestina. Esto no complicó tanto el plan como el hecho de que los altos niveles de vida de las ciudades y pueblos judíos habían atraído a gran cantidad de poblaciones árabes, lo que aseguraba que cualquier partición resultaría en un estado judío que incluiría una substancial población árabe. Reconociendo la necesidad de permitir asentamientos judíos adicionales, la propuesta de la mayoría les asignaba a los judíos tierras en la parte norte del país, la Galilea, y el grande y árido desierto del Negev en el sur. El resto había de formar el estado árabe.

Estas fronteras se basaban tan sólo en la demografía. Los límites del Estado judío se establecieron sin ninguna consideración a la seguridad: de ahí que las fronteras del nuevo estado fueran virtualmente indefendibles.



Venía a complicar aún más la situación la insistencia de la mayoría de las NACIONES UNIDAS de que Jerusalén quedara aparte de ambos estados y fuese administrada como una zona internacional. Este arreglo dejaba a más de 100.000 judíos de Jerusalén aislados de su país y rodeados por el estado árabe.

Los críticos sostienen que las NACIONES UNIDAS les dieron a los judíos tierra fértil mientras a los árabes les asignaron tierra árida y montañosa. Eso es falso. Aproximadamente el 60 por ciento del Estado judío había de ser el árido desierto del Negev.

Los árabes constituían una mayoría de la población de Palestina como un todo —1,2 millones de árabes versus 600.000 judíos. Los judíos nunca tuvieron la oportunidad de convertirse en mayoría, dada la restrictiva política inmigratoria de los británicos. En contraste, los árabes eran libres de entrar —y miles lo hicieron— para aprovecharse del rápido desarrollo estimulado por el asentamiento sionista. No obstante, los judíos eran mayoría en el área que les asignaba la resolución y en Jerusalén.

Además de aproximadamente 600.000 judíos; 350.000 árabes residían en el Estado judío creado por la partición. Aproximadamente 92.000 árabes vivían en Tiberias, Safed, Haifa y Bet-Seán, y otros 40.000 eran beduinos, la mayoría de los cuales vivían en el desierto. El resto de la población árabe estaba diseminado por todo el Estado judío y ocupaba la mayoría de las tierras agrícolas.



Según estadísticas británicas, más del 70% de la tierra en lo que se convertiría en Israel no era propiedad de granjeros árabes, pertenecía al gobierno del Mandato. Estas tierras quedaron bajo control israelí tras la salida de los británicos. Casi el 9% de la tierra era propiedad de judíos y aproximadamente un 3% de árabes que se hicieron ciudadanos de Israel. Eso significa que aproximadamente un 18% pertenecía a árabes que abandonaron el país antes y después de la invasión árabe de Israel.


Fuente:
Extracto del libro Mitos y Realidades de la Jewish Virtual Library.



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