viernes, 18 de octubre de 2013

MITOS Y REALIDADES. #22. La partición.

MITO:
«Las Naciones Unidas dividieron injustamente a Palestina»


REALIDAD:
Al término de la segunda guerra mundial, se dio a conocer la magnitud del Holocausto. Esto aceleró las demandas por resolver la cuestión de Palestina de manera que los sobrevivientes de !a «Solución Final» de Hitler pudieran encontrar un santuario en una patria propia.



Los británicos intentaron llevar a cabo un acuerdo aceptable tanto para árabes como para judíos; pero su insistencia en obtener la aprobación de los primeros garantizó el fracaso [de la gestión], porque los árabes no harían ninguna concesión. Subsecuentemente, [los británicos] les transfirieron el asunto a las NACIONES UNIDAS en febrero de 1947.
Las NACIONES UNIDAS nombraron una Comisión Especial sobre Palestina (UNSCOP) para planear una solución. Delegados de 11 naciones fueron a la zona y encontraron lo que durante mucho tiempo había sido evidente: las incompatibles aspiraciones nacionales de judíos y árabes no podrían reconciliarse.

Las actitudes contrastantes de los dos grupos «no pudieron dejar de dar la impresión de que los judíos estaban imbuidos del sentido del derecho y estaban preparados para presentar su caso ante cualquier tribunal imparcial, mientras que los árabes se sentían inseguros de la justicia de su causa, o temían someterse al juicio de las naciones».

Aunque la mayoría de los miembros de la Comisión reconoció la necesidad de encontrar una solución arreglada, les resultaba difícil concebirla, dada la posición recalcitrante de las partes. En una reunión con un grupo de árabes en Beirut, el miembro checoslovaco de la Comisión le dijo a su audiencia: «he escuchado sus demandas y me parece que, desde vuestro punto de vista, el arreglo es: queremos que nuestras demandas se satisfagan completamente, el resto puede dividirse entre los que se quedaron fuera».

Al regresar, los delegados de siete naciones —Canadá, Checoslovaquia, Guatemala, Holanda, Perú, Suecia y Uruguay— recomendaron el establecimiento de dos estados separados, uno judío y otro árabe, mancomunados en una unión económica, con Jerusalén como un enclave internacional. Tres naciones —India, irán y Yugoslavia— recomendaron un estado unitario con provincias árabes y judías. Australia se abstuvo.

Los judíos de Palestina no estaban satisfechos con el pequeño territorio que les asignaba la Comisión, ni se sentían felices de que Jerusalén fuese separada del estado judío; sin embargo, aceptaron el acomodo. Los árabes rechazaron las recomendaciones de la UNSCOP.

El comité ad hoc de la Asamblea General de NACIONES UNIDAS rechazó la demanda árabe de un estado árabe unitario. La recomendación de dividir [el territorio] hecha por la mayoría fue subsecuentemente adoptada por 33 votos a favor, 13 en contra y 10 abstenciones el 29 de noviembre de 1947.


UN Partition Plan For Palestine 1947.png


«Es difícil ver cómo el mundo árabe, aún menos los árabes de Palestina, sufrirán lo que es mero reconocimiento de un hecho consumado: la presencia en Palestina de una comunidad judía compacta, bien organizada y virtualmente autónoma».
—Editorial del Times de Londres.


Fuente:
Extracto del libro Mitos y Realidades de la Jewish Virtual Library.



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